¿Que podría salir mal en una noche de diversión?
• Segunda historia
•+18, violencia, drogas...
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Cómo pudo "convenció" al dueño para que se pudiera hospedar en el mismo departamento.
Este había sido clausurado por el momento dejando todo desde que el joven desaparecio por fortuna.
Obviamente apartó otro que estuviera enfrente para quedarse ahí, pues no quería mover nada aún hasta que apareciera, porque aunque no había nada, uno nunca sabe con lo que se puede encontrar solo observando.
Entro cuidadosamente observando cada detalle, estaba todo intacto pero a la vez creía percibir su olor ya casi desvanecida, pero a la vez tan intacta y singular, tan dulce y embriagante para él, "Durazno".
Su lobo de la misma forma lo disfrutaba, pero se sentía angustiado como si percibiera que su Omega estaba en peligro.
Lan Wangji ya lo había identificado desde hace mucho, no se explicaba la angustia y la tristeza que profesaba su lobo desde hace más de una semana, desde el ligero mal presentimiento y ciertas alteraciones. Pensó que probablemente solo era producto de su separación aquella noche después de pasar un momento increíble. Todo era nuevo, pero ahora ya lo había entendido.
Camino por el departamento mirando cada detalle, pero nada le daba indicios de ser él, más que el olor miraba por los grandes ventanales y era maravilloso.
Iba todo bien, hasta que percibió que frente a él, había otro edificio con el mismo tamaño que hacía totalmente visible su lado. Su instinto le dije que debía descargar cualquier persona o cosa, así que le comento al comandante para que buscará los nombres de las personas que se hospedaban entre esos cuartos que dieran perfecta vista hacia el.
El investigar llevaría tiempo aunque fuera el mismo quien se encargará, porque eran muchos departamentos.
La noche llegó rápidamente y Lan Wangji aún seguía viendo hacia fuera del departamento en medio de la oscuridad con la esperanza de encontrar algo.
Después de mucho tiempo, quiso rendirse, no tenía sueño, pero debía hacer trabajo, ya que en todo el día estuvo en la búsqueda, nada debía dejarse para después.
Miro por último vez, y salió del lugar, para ir al que apartó como suyo.
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Como lo pensó, el sueño no hizo de él.
Durante la madrugada se empeño a trabajar hasta no poder.
Ya amaneciendo, se sentía cansado, salió de su balcón para tomar un cigarrillo y fumarlo.
La brisa de la mañana lo hacía refrescarse.
El sonido de su celular lo interrumpió.
Lo tomo y miro el contacto, "Comandante Sang".
Le dio una última calada a su cigarrillo mientras respondía.
De inmediato el contrario hablo – Señor – dijo un tanto seguro.
