#18 Algo de diversión

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Pov: Becky

-Lo lamento, este idiota, se metió no quería darte mas problemas Freen Sarocha. – me disculpo muchas veces, mirando con odio a Morin.

Ella no dice nada, en cambio se lanza a mis brazos y me da el abrazo más fuerte que he recibido en mi vida, lo respondo demasiado conmovida, yo debería abrazarla, porque fue ella fue la que me salvo.

-¿Estas bien? Pensé que te habían arrestado. – susurra a mi oído con una voz muy ansiosa. – No sabes como me preocupe Becky, ¡Maldita sea! No vuelvas a asustarme así.

Sus palabras me dejan impactadas.

-Tranquila, no seria la primera vez. – Bromeo. – Pero te lo agradezco mucho, eres mi heroína, lo juro.

Pasamos varios minutos abrazadas, me encanta estar así, somos de la misma estatura y es como si nos complementáramos la una a la otra, como si estuviéramos en una burbuja muy pequeña, y lo que mas adoro es su perfume de niña pija, hasta que alguien carraspea.

-Saben chicas, sigo sin querer ser arrestado. – dice Morin.

Nos separamos, le doy una sonrisa tranquilizadora.

-Bueno, el problema es que es más fácil entrar, que salir de esta casa, creo que... tendrán que pasar la noche aquí y mañana los saco en mi auto. – dice Freen bastante segura de su plan.

Morin no parece muy convencido, pero no le queda de otra, la chica de ojos caramelo, nos lleva a unas escaleras escondidas muy empinadas que según ella llevan hasta el tercer piso donde nadie va excepto algunos empleados ya que solo esta la lavandería y dos cuartos de invitados.

-Son demasiados cuartos, para solo 3 personas. – eso lo dijo más para mí misma, pero Freen me escucho.

-También esta mi abuelo y otros tres jóvenes que mi papá cuida a cambio de trabajo. – dice sacando unas llaves de su bolsillo.

-Ósea que tienes criados. – dice Morin dando un silbido. – Creo que me volveré político.

Freen abre una puerta, muy pero muy oculta, adentro hay al menos 1 metro y medio de ancho y 2 de largo, una alfombra roja que cubre el piso y algunas fotos en las paredes.

-Les daría un cuarto de invitados, pero tendría serios problemas si alguien los encuentra, aquí no entra nadie. – Explica Freen dejándonos entrar.

Yo inmediatamente me siento en el piso mientras Morin observa el lugar.

-¿Y aquí es donde guardan a los esclavos? .- Habla Morin, le doy una patada, para que se calle.

-No, aquí guardaban las armas de mi abuelo. – me parece encantadora la forma que tiene Freen de tomarse todo demasiado bien y responder de buena gana. – Era militar... Voy a traerles almohadas y cobijas.

La chica se va, no sin antes darme una sonrisa tierna, Morin se sienta a mi lado y me mira fijamente.

-Mira idiota, si te llegas a acercar a mi en la noche gritare, te golpeare y no me importaría ir a la cárcel de todas formas. – Le advierto

-Es una buena chica. – Responde poniéndole poco interés a mis palabras. - ¿Son amigas?

-Si. Escuchaste lo que te dij...

-Casi me descubren. – Dice Freen entrando rápidamente al cuartito. – Esta es para ti Morin y...

Le pasa la cobija y una almohada bastante grande al tipo, luego se acerca a mí con otras que se ven mas cómodas y un bolso pequeñito de donde saca una toallita húmeda.

-Tienes un rasguño y mucha tierra. – se ríe un poco, pasando la toallita por mi mejilla. - ¿Por dónde se revolcaron?

Me rio también, para aligerar los nervios que me cargo por su contacto, tiene una mano en mi cuello para sostener mi cabeza y la otra la pasa suavemente por algunas partes de mi rostro y luego coloca una bandita, con tanta delicadeza que casi lloro, ni siquiera mi madre me ha tratado a así, pero ella hasta me cura las heridas, que yo misma me cause como si de verdad le importara.

Prohibido Freen BeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora