#24 ¿El sabe?

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Pov: Becky

Dos horas después del partido, y de haberle confesado mi amor a Freen, me encuentro en la cafetería con una sonrisa estúpida en la cara que no puedo quitarme.

La chica Chankimha esta sentada con nosotros en la misma mesa que los populares, dos puestos lejos de mí, pero es inevitable no cruzar miradas.

-Hace mucho no hacemos una fiesta – Comenta Billy – Los N/N salen más que nosotros.

Todos en la mesa le dan la razón y comienza una charla comunitaria sobre la fiesta, yo estoy callada comiéndome unos cubos de durazno.

Busco unos ojos caramelos, que de inmediato me miran, Freen levanta las cejas, yo meto a mi boca un cubo de durazno sin despegar la mirada de ella, la chica se muerde el labio, me prende que se muerda los labios, dejo el tenedor y paso mi pulgar por mi labio aun mirándola.

-¿Me das tu pudin? – me giro de inmediato del susto, es Non a mi lado.

Se lo doy sin pensar, creo que debo saber manejar mi miedo, aquí nadie nota nada raro, porque dos chicas se miren demasiado, ni siquiera si se toman de la mano, eso lo descubrí hoy cuando salimos de aquel pasillo.

Todos en los vestuarios nos vieron salir con las mejillas rojas y no les pareció raro, incluso hablamos un rato mientras me cambiaba de ropa, ella a veces me daba abrazos, me besaba la mejilla y a nadie le pareció importante ya que todas en ese vestuario se trataban así entre ellas, las amigas normales al parecer (aunque yo jamás tuve una amiga de verdad) se dan cariño, abrazos y a veces nalgadas como pude observar, nosotras solo parecemos dos amigas mas y eso es en parte un alivio, pero... no se si amistad es mi titulo favorito para lo que hay entre Freen y yo.

...

La jornada escolar termino fue muy intensa debo confesar, estoy en el columpio de mi jardín cuando observo que se estaciona un Mercedes, lo siento como un deja vú, sale de su auto con toda la actitud, mientras camina para reunirse a mí, mientras observo su vestuario, lleva unos pantalones jeans anchos de tiro alto, una camisa que debió estar de moda en los 80's y un abrigo universitario negro y dorado.

-¿Te disfrazaste para mí? – pregunto

Ella se ríe, llega hasta el columpio en el que estoy y lo detiene, me planta un corto beso en los labios.

-¿Algún día me saludaras como es debido? – se burla.

Entonces me levanto, tiro de su abrigo pegándola a mi cuerpo y le doy un beso largo y sensual susurrándole – Hola Freen Sarocha, te vez hermosa esta noche – ella cae rendida, nadie me enseñó a conquistar, quiero decir, eso no se le enseña a una chica por acá, pero con ella aprendo y me gusta.

Nos separamos y sonreímos como idiotas.

-Te traje esto – me enseña un libro gordo.

-¿Aglow?, me traes el libro que te ayude a robar, que detalle.

Solo se ríe.

-Es bueno, quiero que lo leas – la observo detenidamente y luego afirmo.

Entramos a mi casa, nos sentamos y comenzamos a platicar de cualquier cosa, ella es demasiado buena escuchando todas mis estupideces que salen de mi cabeza.

-¿Por qué crees que esto nos sucede? -pregunta la Castalla sobre mis piernas.

-¿De qué hablas?

-Somos mujeres Becky, no es normal que me parezcas insanamente hermosa. – lleva sus manos a sus mejillas – Debería tenerte envidia nada más.

-Sabes que hay una palabra para eso ¿Cierto? Quiero decir una palabra para lo que estamos haciendo- hablo nerviosa.

Ella parece entristecer un poco.

Prohibido Freen BeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora