#64 Mi cuerpo es tu fiesta

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Pov: Becky

Voy a admitir que todavía me siento extraña cuando camino de la mano con Freen por la calle, y es que aún, en el lugar más liberal del mundo siento miedo de ser señalada, la presión social es una putada, es casi psicótica, sólo hace falta que te digan una vez «Eso está mal» para que el resto de veces lo pienses dos veces para hacerlo o incluso no lo hagas.

Justo ahora estoy saliendo del consultorio de un terapeuta, los perjuicios sociales son una mierda, pero en este momento de mi vida ya no importan tanto, concluiré; Uno es verdaderamente libre cuando deja de sentir vergüenza de sí mismo.

— No sé cómo sentirme al respecto de esa camisa - dice Freen mirando de reojo mi camisa de resaque.

Hace calor, me gustan las camisas que dejan ver mucha piel, específicamente unas que tiene Pitty en su tienda con mensajes muy bizarros. La que llevo dice «My body is your party» y está rasgada intencionalmente.

— ¿Te gusta? — y me da una sonrisa.

Cruzamos otra calle caminando en dirección a la casa de Morin, recién salimos de terapia y siento algo nuevo con respecto a mi vida amorosa.

Es extraño porque fue la rutina de siempre, la terapeuta averiguando cosas, esta vez al ver a Freen le preguntó «¿Eres su hermana?» ella negó con la cabeza y avergonzada no especificó nuestra relación, simplemente fue una espectadora que me intimidó muchísimo.

Sería un descaro decir que aún somos novias, pero ¿Cómo específico lo que somos? No puedo simplemente preguntarle y ya, es ahí donde tengo mi gran dilema del día.

Estoy muy enamorada pero también siento miedo justo en el momento en que tomamos una ducha después de amanecer medio bichis en el sofá de Pitty todo el bueno rollo volvió a hacerse complicado, quiero besarla, pero no sé cómo acercarme. Existe una tensión entre ambas.

Sólo me ha tomado de la mano un par de veces para cruzar la calle porque es una maldita protectora y yo encantada me dejo guiar, pero llegamos a la siguiente acera y siempre la suelta.

Tendré que conquistarte nuevamente... — comento cuando al fin consigo el valor para decirle que quiero que todo vuelva a la normalidad.

Ella se detiene en el camino y me mira con una media sonrisa, me pongo un poco nerviosa.

— ¿Quieres helado? — pregunta entrando a una tienda ignorando por completo mi comentario.

La sigo, son helados de yogurt, pedimos y nos sentamos en una mesita dentro de la tienda. El helado realmente no me interesa porque toda mi atención se concentra en ella y su interesante destreza para meter la cuchara llena de helado en su boca, tiene unos labios que, por dios, necesito aire.

- Vainilla - señala mi vasito - demasiado común.

La miro directamente a los ojos, buscando su atención que consigo fácilmente.

— No tengo mal gusto — respondo.

— Pedir el primer sabor que se te ocurrió si lo es — contrapone

- Con tantos sabores buenos, pedir vainilla es casi arriesgado - argumento.

— No busques excusas para tu mal gusto — me hace gracia, pero ella parece seria.

Entonces saco una cucharada de mi helado y la acerco a su boca.

— Está delicioso, tengo muy buen gusto - acerco la cuchara a ella que con desconfianza abre la boca — Y no hablo del helado - agrego, la chica come de mi cuchara disimulando una sonrisa.

Iba a seguir comiendo, pero decide dejar su helado de yogurt y prestarme atención.

- Conquístame - murmura.

Prohibido Freen BeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora