Luna LaRusso, la mediana de la familia LaRusso, cualquiera que tuviese ojos podía ver los rasgos de Luna, porque fue adoptada por los LaRusso cuando tenia menos de un año. Y una pelea con 30 años arrastraría a cualquiera cercano al mundo karateca, p...
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ESTABAN EN EL CINE, y Luna pensaba en el chico de antes.
Se le había hecho atractivo.
Pero ahora estaba prestando atención a la película con sus amigos.
—Oye, ¿qué te pasa?—le pregunto Aisha a Miguel.
—Pienso en lo que me dijo el sensei sobre el padre de Sam.
Luna se había quedado a cuadros con lo que le explico Miguel sobre su padre, eran versiones totalmente diferentes a las que su padre le había contado para que dejase ese dojo.
Luna río al ver a Halcón tirarle palomitas a una chica para molestar, la película de aburría.
—El sensei y el padre de Sam tuvieron su historia, pero ¿a ti que?—le preguntó Aisha.
—¿No me digas que no te das cuenta?—le pregunto y la chica reaccionó a las palomitas de Halcón, quien hizo como si nada.—Siguiendo el silogismo, el padre de Sam y de Luna debería odiarme.
—Eres un friki de manual, colega.—dijo Halcón y volvió a tirar una palomita.
—No son sólo imaginaciones mias.—dijo Miguel.—Sam, el otro día se comportó de forma rara.—explicó Miguel.
—Conozco al señor LaRusso desde tercero.—dijo Aisha.
—Y yo desde que nací.—dijo Luna mientras le daba un golpe a Halcón por seguir tirando palomitas.
—Es un señor muy simpático, habla con el.—dijo Aisha.
—Todavía no me ha invitado a su casa. Tendrá miedo de presentarme.—dijo Miguel.
—Tío pues ve tu.—dijo Halcón.—Es de macho.
—Y de acosador.—rió Luna por lo bajo.—También es mi casa.
Halcón tiró una palomita que impactó en un hombre que se levantó molesto.
—¿Quién coño ha sido?—preguntó levantándose y Halcón fingía que veía la película.
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