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LUNA SE LEVANTÓ TEMPRANO, era el campeonato de karate All Valley

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LUNA SE LEVANTÓ TEMPRANO, era el campeonato de karate All Valley.

Su familia no sabía si iría a animarla, ya que ella competiría en el nombre de Cobra Kai.

Estaba desayunando algo consistente y Sam apareció en el salón.

—Buenos días.—dijo Sam, se veía seria.

—Buenos días.—dijo Luna mientras comía.

—¿Te duele?—le preguntó Sam con miedo de saber la respuesta.

—No. En Cobra Kai hacemos cosas peores.—contesto Luna.—Miguel no quería pegarme a mi.—lo defendió Luna mirando a Sam.

—No tenia porque pegarle a nadie, Luna.—rectificó su hermana cruzándose de brazos.

—Estaba muy borracho porque su novia había desaparecido del mapa y la ve llegando de la mano de otro chico.—recordó Luna.—Si Miguel hubiese estado totalmente sobrio, no habría pasado. Pero estaba ebrio porque pensaba que lo engañabas con Robby.

—¿Y tú?—le preguntó Sam.—¿Por qué no le dijiste que estaba castigada? No se habría puesto así.

Luna se levantó molesta de la silla.

—¿Estás insinuando que es culpa mía?—le preguntó Luna seria.

Cuando Sam la miraba a los ojos veía oscuridad, no veía a su hermana, veía a una cobra.

—Mamá me pidió que no dijese nada sobre tu "accidente"—dijo Luna sarcástica haciendo las comillas.

—Fue un accidente, no te lo tomes así.

—Chocasteis el coche de mi sensei.—recordó Luna.

—¡En esa época no era tu sensei!—explotó Sam.—¡El karate era cosa de las dos y papá! ¡Pero te has ido con el enemigo!—dijo Sam sin pensar lo que decía.

—El sensei Lawrence me entrena para el mundo real.—contestó Luna.—Tú me dejaste de lado por tus nuevas amigas, y a Aisha también, ahora somos más seguras de nosotras mismas, por lo que no tienes derecho a reclamarnos nada.—dijo Luna molesta y su celular empezó a sonar. Era su alarma para irse.—Chao.

Luna tomó su bolsa de Cobra Kai y se dirigió al lugar del torneo, el palacio de deportes, estacionó en el estacionamiento público y se junto con sus amigos.

—Tío, Miguel, relájate. Guarda fuerzas.—dijo Halcón al ver a Miguel pegando puñetazos al aire.

—Oye, déjalo. Desde que cortaron esta intratable.—le recomendó Aisha.

—¿Dónde está el sensei?—preguntó Luna.—Están por empezar.

—No tardará.—contestó Aisha.

—No lo tengo tan claro.—intervino Bert y todos lo miraron.—Lo vi anoche en un supermercado. Yo fui a comprar leche. Estaba en el parking, gritando.

BLACK AND WHITE - Robby KeeneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora