Luna LaRusso, la mediana de la familia LaRusso, cualquiera que tuviese ojos podía ver los rasgos de Luna, porque fue adoptada por los LaRusso cuando tenia menos de un año. Y una pelea con 30 años arrastraría a cualquiera cercano al mundo karateca, p...
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LUNA y todos los competidores estaban en el hall del hotel.
Cobra Kai se volvería ese día.
Luna estaba sentada en su maleta, alejada del resto, con los anillos de casados de sus padres en la mano, los apretaba con fuerza, para que, estuvieran donde estuvieran, vieran que su hija lo había estado intentando.
Axel miraba a Sam y a Miguel a lo lejos, estaba de brazos cruzados sin disimular un poco.
—Es increíble. ¿Otro más?—se quejó Zara a su lado viendo su teléfono.—Dos patrocinadores me han dejado y tres me amenazan con hacerlo.—se quejó y miró a Luna a lo lejos.—Si no hubieran eliminado a esa guarra, limpiaría el tatami con su cara.—maldijo.
Miguel se dio cuenta de que Axel no dejaba de mirarlos.
—Pero, ¿a ese tío que le pasa?—maldijo Miguel molesto y Sam volteó, Axel apartó la mirada.
—La noche que volviste a casa., me encontré con él en la playa. Estuvimos hablando y...Creo que él lo malinterpretó y, bueno, intentó besarme.—contestó Sam. Era verdad.—Pero le paré los pies. Y no pasó nada.
—Mmm.—asintió Miguel.
—Sabe que tengo novio.—dijo Sam y volteó a ver a Axel de nuevo.—Creo que...no se lo ha tomado muy bien.—dijo y miró a Miguel.
—Ya.—asintió Miguel mirando a Sam.—Lo entiendo y no se lo ha tomando bien, no.—negó Miguel y lo miró d e nuevo y alzó los brazos señalándolo con las manos. Seguía mirándolos. Miguel le puso mala cara.
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Luna tuvo que silenciar el móvil porque no dejaban de llegarle notificaciones de Instagram. Se había vuelto viral al parecer, sólo se centraba en esos anillos.
—Hola.—escuchó a su lado. Robby. Luna alzó la mirada.—¿Te vuelves a casa ya?
—A ti que te parece.—le contestó Luna sarcástica y volvió a bajar la mirada.
—¿Estás bien?—le preguntó Robby.
—Pues, no, no estoy bien.—confesó Luna mirándolo.
—Oye, quiero...—empezó a decir Robby.—Quiero pedirte perdón, no tendría que haber dejado que Kwon me comiera la cabeza. Ya tendría que saber que tú no harías eso.—le dijo Robby, estaba nervioso.—La presión de me apoderó y quería decirte...
