alone again.

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LUNA FRENÓ EN SECO una vez estacionó el auto

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LUNA FRENÓ EN SECO una vez estacionó el auto.

Se metió en el ascensor y apretaba el botón de la primera planta con esperanzas de que fuese más rápido.

Las puertas se abrieron dejando ver a Sophia con una bolsa grande en mano.

—Sophia.—dijo Luna y corrió hacia ella.—¿Y mis padres? ¿Qué ha pasado? ¿Dónde están?

—Luna, relájate.—le pidió Sophia.

—Me relajaré cuando los vea.—dijo Luna y miró a su alrededor.—¿Dónde están?—preguntó Luna y miró a la mujer.

—Ven, siéntate.—le pidió Sophia intentando que se tranquilice tomándola de los brazos para guiarla.

—No, me quiero sentar.—negó Luna y se soltó el agarre.—¿Dónde están?

—Luna...tus padres...—dijo Sophia y Luna solo buscaba la mirada de la mujer.—Han muerto hace 20 minutos.

Luna sintió sus ojos llenarse de lágrimas de forma involuntaria.

—No, no, no, es mentira, es alguna trampa de la zorra esa de...—dijo Luna pero Sophia la interrumpió.

—Luna, respira.—le dijo Sophia al notar como se ahogaba con sus lágrimas.

—¿Cómo? ¿Por qué?—preguntó Luna.

—Accidente de coche.—contestó Sophia y Luna miró la bolsa.—Son sus pertenencias y también está la llave de su casa.

Luna solo tomó la bolsa y se volteó para irse.

—¡Luna! ¿Quieres que llame a alguien?—le pregunto Sophia.

—No hay nadie a quien llamar...—negó Luna mientras lloraba y se metió en el coche.

Luna sacó un carnet de identidad, no vería la foto aún, vería la dirección.

Luna se dirigió a esa dirección, estaba muy lejos de casa de los LaRusso, y llegó para ver una casa blanca de dos pisos.

Luna tomó la bolsa y sacó las llaves, eran una para la de fuera y abrió la puerta que era de rejas y la cerró con seguro.

Tenia un jardín precioso, con flores bien cuidadas y empezó a pasear por ahí, tenia una piscina no muy grande pero de estaría bien, una mesa con una sombrilla que la cubriera.

Y habían dos ventanas grandes que daban entrada a la casa, pero estaban cerradas con seguro.

Luna volvió a llegar a la puerta y la abrió.

Entró mirando alrededor, sus ojos no sabían quedarse quietos.

Por el pasillo habían marcos con fotos, y se fijó en ellas, eran fotos del All Valley.

Sus padres la habían visto ese día.

En la cocina estaba todo muy limpio, al igual que en el salón, era una misma habitación todo.

En el baño había un plato de ducha y diferentes productos de skincare coreana.

BLACK AND WHITE - Robby KeeneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora