LUNA estaba frente a su portátil, un poco agobiada.
Tenían que ir decidiendo universidad.
Pero ella no tenía muy claro que quería estudiar.
Pensó en lo que le gustaba hacer a parte del karate.
Sus padres querían que Sam tomase el relevo en el concesionario pero no le hacía mucha gracia.
Recordó a Kenny, en cómo le gustaba enseñarle, en ver su sonrisa cuando le salía algo bien.
Y Luna decidió sacar plaza en Stanford, así podría estar con Miguel en el caso de que los aceptasen.
Tenia que escribir la carta de presentación y de por qué deberían admitirla.
—Bueno, al menos he decidido lo que quiero estudiar.—se animó Luna a si misma.—Dejare la carta a otro momento.
Luna se sentó en su escritorio y sacó su libreta, en la cual cada día escribía lo que sentía con el sueño y el muñeco de piedra.
El sueño ha cambiado, ahora es peor, aparece Kim, obligándome a romper la piedra de nuevo, y a cada golpe que no se consigue romper aparece alguien que me importa diciéndome cosas de las que no estoy orgullosa.
Cuando caigo de rodillas al suelo llorando y suplico que todos se callen, parecen hacerme caso, y aparece Robby, diciéndole que le miento por no hablar con él...Luna estaba tan concentrada en detallar el sueño a la perfección que no escuchó los pasos detrás de ella.
—¿Qué escribes?—escuchó la voz de Robby y Luna de inmediato solo cerró de inmediato y se levantó de la silla para voltear.
—Es de mala educación entrar sin tocar.—dijo Luna nerviosa.
—He tocado.—le explicó Robby.—Y estabas demasiado concentrada al parecer.—dijo Robby y señaló la libreta con la cabeza.—¿Qué escribías?
—Nada.—negó Luna rápidamente.
—Luna, te he visto escribir.—dijo Robby con una leve risa.
—Es...—empezó a decir Luna y miró su ordenador.—Mi carta de recomendación.
—No sabía que habías elegido universidad. ¿Dónde quieres ir?—le preguntó Robby.
Luna pensó a la distancia a la que estaba Stanford, no quería alarmar a Robby con la distancia.
—Es que no la he elegido.—mintió Luna.—Pero voy preparando la carta.
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BLACK AND WHITE - Robby Keene
Hayran KurguLuna LaRusso, la mediana de la familia LaRusso, cualquiera que tuviese ojos podía ver los rasgos de Luna, porque fue adoptada por los LaRusso cuando tenia menos de un año. Y una pelea con 30 años arrastraría a cualquiera cercano al mundo karateca, p...