Love me like you hate me [Y.M][✓]

27

El peso de esas palabras cayó sobre Jimin como una losa. El recordatorio de su matrimonio, algo que había preferido no pensar demasiado, ahora parecía más significativo que nunca. Estaban unidos, lo quisieran o no, y esa unión traía consigo obligaciones y expectativas que Jimin no estaba seguro de poder cumplir. Yoongi se apartó ligeramente, caminando hacia la ventana y mirando hacia el exterior, su perfil delineado por la luz que entraba. Parecía haber alcanzado una especie de paz con la situación, una aceptación que a Jimin le resultaba desconcertante.

Jimin, por su parte, no sabía qué hacer. Había esperado que sus palabras cortaron cualquier posibilidad de afecto entre ellos, que alejaran a Yoongi. Pero en lugar de eso, parecía que Yoongi ya había hecho las paces con la posibilidad de un amor no correspondido, y eso lo perturbaba profundamente. No había esperado que alguien pudiera amarlo sin esperar nada a cambio, y mucho menos que pudiera aceptar un matrimonio sin amor con tanta serenidad.

Sentía una mezcla de admiración y desconcierto, pero también algo más que no lograba identificar. Un miedo profundo, tal vez, a lo desconocido, a lo que significaba estar atado a alguien que lo amaba, incluso cuando él no podía devolver ese amor.

—Yoongi, yo...

Las palabras quedaron atrapadas en su garganta, incapaz de articular lo que realmente sentía. Yoongi no se volteó, solo siguió mirando hacia afuera, como si supiera que no hacía falta decir nada más.

El silencio entre ellos, lleno de posibilidades no exploradas, pesaba en la habitación, dejando a Jimin con más preguntas que respuestas. Aunque había intentado poner un fin a esa conversación, la realidad es que las palabras de Yoongi habían abierto una puerta que Jimin no estaba seguro de querer cruzar, pero que tampoco podía ignorar.

El ambiente en la habitación estaba cargado de tensiones no resueltas, cada palabra intercambiada parecía agregar más peso a la atmósfera ya densa. Jimin, con sus emociones aún revueltas por la confesión de Yoongi, observaba cómo este se acercaba a la ventana, tratando de encontrar una claridad que el interior de la habitación no le ofrecía. Pero antes de que pudiera decir algo más, Yoongi giró ligeramente, sus ojos oscuros brillando con una mezcla de burla y resignación.

—¿De verdad crees que te acepto por amor? —Yoongi dejó escapar una risa seca, sin alegría, que reverberó en el aire. —Yo acepté que te quedaras, Jimin, para que fuera tu castigo por todo el daño que me hiciste.

Sus palabras cortaron a Jimin como una navaja afilada. La burla en la voz de Yoongi no era solo un reflejo de su propio dolor, sino también un recordatorio cruel de las heridas que Jimin había infligido, quizá sin darse cuenta de la profundidad de las mismas. Jimin se sintió acorralado, como si las paredes de la habitación se cerraran sobre él, dejándolo sin escape.

—No necesitas recordármelo, Yoongi. —respondió Jimin, su voz temblando ligeramente, cargada de una mezcla de culpa y defensiva.

El dolor que sentía era real, y aunque sus palabras intentaban mantener una fachada de indiferencia, algo en él se quebraba al darse cuenta de las consecuencias de sus acciones. El matrimonio que los unía no era más que una cadena que aprisionaba a ambos, y ahora, con cada palabra de Yoongi, esas cadenas se sentían más pesadas, más asfixiantes.

Yoongi lo observaba con una mirada que oscilaba entre la burla y una extraña forma de compasión. No disfrutaba de ver a Jimin sufrir, pero tampoco podía ignorar el hecho de que, en su interior, había aceptado su destino como una forma de penitencia.

—Lo sé. —admitió Yoongi, su tono suavizándose ligeramente, aunque la burla seguía presente. —Pero es importante que tú también lo sepas, que entiendas que quedarme aquí, atado a ti, es la consecuencia de todo lo que hemos pasado y si eso significa recordártelo de vez en cuando, entonces lo haré.