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Jimin se quedó esperando, sonriendo para sí mismo mientras escuchaba el sonido del agua llenando la bañera. El aroma de sales y esencias empezó a inundar el aire, y Jimin sintió cómo su cuerpo comenzaba a relajarse solo con el pensamiento de ese baño que Yoongi preparaba para él. Momentos después, Yoongi volvió a la habitación y le ofreció su mano para ayudarlo a levantarse.

—Ven, ya está listo, esta noche es solo para que descanses y recuperes fuerzas. —le beso la frente. —Mañana será especial, lo prometo.

Jimin tomó su mano y dejó que Yoongi lo llevara al baño, donde lo ayudó a entrar en la bañera y acomodarse. El agua caliente lo envolvió de inmediato, haciéndolo suspirar de alivio. Yoongi se quedó a su lado, asegurándose de que estuviera cómodo y relajado, y Jimin cerró los ojos, dejando que el calor calmara cualquier rastro de cansancio.

Mientras lo observaba, Yoongi sintió una profunda satisfacción al ver a su esposo tan tranquilo y sonriente. Sabía que el esfuerzo y los cuidados de los últimos días habían valido la pena, y deseaba más que nada poder hacer que Jimin se sintiera así siempre.

—Descansa bien, Jimin. —susurró Yoongi, acariciando su cabello suavemente. —Mañana será un día inolvidable.

Al amanecer, Yoongi y Jimin compartieron un desayuno cálido, entre risas, miradas cómplices y cortos besos robados que parecían interminables. La felicidad de Jimin era evidente, pero Yoongi sabía que aún quedaba una sorpresa especial por descubrir. Después de terminar, Yoongi volvió a tomar a Jimin en sus brazos, haciéndolo reír mientras lo llevaba fuera de la casa.

—¿A dónde vamos? —preguntó Jimin, intrigado, aferrándose a Yoongi.

—Ya lo verás. —respondió él con una sonrisa misteriosa, guiándolo hasta el establo.

Al acercarse, Jimin sintió que su corazón comenzaba a latir con anticipación. Cuando vio el establo, una mezcla de emoción y curiosidad lo invadió. Trató de imaginar lo que Yoongi había planeado, pero antes de que pudiera preguntar, Yoongi levantó la voz.

—¡Tráiganlo! —ordenó con firmeza.

Jimin miró expectante mientras los cuidadores traían un majestuoso caballo negro. Su pelaje brillaba bajo la luz de la mañana, y sus ojos mostraban una inteligencia y nobleza que impresionaron a Jimin. Se llevó una mano a la boca, asombrado.

—Yoongi... —susurró, sin poder apartar la mirada del magnífico animal.

Yoongi sonrió, bajándolo con cuidado de sus brazos y tomándolo de la mano para llevarlo hasta el caballo.

—Es un pura sangre. —le explicó con un tono de orgullo. —y es tuyo, cariño, lo escogí pensando en ti, porque sabía que te encantaría.

Jimin se acercó con cautela, sin dejar de observar al caballo mientras levantaba la mano para acariciar su hocico con delicadeza. El animal inclinó la cabeza, como si reconociera la dulzura y el respeto en su gesto.

—Es hermoso, Yoongi... nunca imaginé algo así. —dijo Jimin, sus ojos brillando con gratitud y emoción.

Love me like you hate me [Y.M][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora