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Las lágrimas amenazaron con aparecer, pero Jimin las contuvo, apretando los puños contra las sábanas. No quería mostrarse vulnerable, ni siquiera ante él mismo. Pero el nudo en su garganta se hacía cada vez más difícil de ignorar. Se sentía atrapado en una maraña de emociones que no sabía cómo desenredar: culpa, tristeza, y una sensación de pérdida que no podía explicar del todo.

Miró de reojo a Yoongi, deseando por un momento poder alcanzarlo, decir algo que aliviara la tensión entre ellos, pero las palabras no venían. Sabía que, aunque quisiera, no podría arreglar lo que había roto tan fácilmente. Las cicatrices que había dejado en Yoongi eran más profundas de lo que había imaginado, y ahora, la realidad de su matrimonio, de estar atados el uno al otro sin amor, se sentía más pesada que nunca.

Las horas pasaban, pero el sueño seguía esquivo para Jimin. El peso de la conversación, de la verdad que había salido a la luz esa noche, era demasiado para dejarlo descansar. Mientras tanto, Yoongi permanecía inmóvil a su lado, ajeno al tormento interno de Jimin, o quizás, simplemente, resignado a la situación.

Finalmente, Jimin exhaló un suspiro largo y resignado, sabiendo que la noche sería larga. Se giró hacia el lado opuesto, tratando de distraer su mente, pero las palabras de Yoongi seguían atormentando, como si estuvieran grabadas en su memoria. No podía escapar de la sensación de que algo crucial se había roto entre ellos, y que, aunque aún estaban físicamente cerca, la distancia emocional parecía insalvable.

Esa noche, mientras Yoongi dormía plácidamente, Jimin permaneció despierto, luchando contra sus propios demonios internos, consciente de que la vida que compartían estaba cambiando irrevocablemente. Yoongi, aunque parecía dormido, en realidad estaba alerta. Sus pensamientos giraban en torno a la conversación que habían tenido, repitiendo una y otra vez las palabras que había pronunciado. Sabía que Jimin estaba despierto, que su mente no le permitía descansar, y cuando escuchó la suave exhalación de Jimin, que rompió el silencio de la noche, una parte de él sintió un impulso de girarse y decir algo, cualquier cosa que pudiera aliviar la tensión.

Pero no lo hizo.

En lugar de eso, permaneció inmóvil, sus ojos cerrados, su respiración controlada, fingiendo estar dormido. A pesar de la calma exterior, su mente estaba llena de pensamientos contradictorios. Sabía que había sido cruel, que sus palabras habían sido deliberadamente duras, pero también creía que Jimin se lo merecía. Después de todo, había soportado en silencio durante tanto tiempo, había aceptado las decisiones de Jimin, incluso cuando lo lastimaban.

"Esto es lo que eligió", se recordó a sí mismo, endureciendo su corazón contra la pequeña punzada de compasión que sentía. Jimin había tomado sus decisiones, había optado por rechazarlo, y ahora debía enfrentar las consecuencias de ese rechazo.

Mientras escuchaba los suaves movimientos de Jimin a su lado, la tensión que se apoderaba de su cuerpo, Yoongi se recordó que su propio sufrimiento no había sido menos. Había amado a Jimin desde el principio, lo había deseado, y había sido rechazado con frialdad. Había soportado el dolor en silencio, aceptando su papel en un matrimonio sin amor, y había decidido que quedarse era su castigo.

"Es lo justo", pensó, aunque una parte de él no estaba completamente convencida. Sabía que mantener esta distancia emocional, este muro entre ellos, no iba a ser fácil, pero también sabía que no podía permitirse ser vulnerable otra vez. Jimin tenía que aprender que sus acciones tienen consecuencias, y si eso significaba que ambos debían sufrir en silencio, entonces así sería. Yoongi apretó los ojos con más fuerza, ignorando la creciente presión en su pecho. Sabía que no había vuelta atrás, que el camino que habían tomado los llevaría a un destino incierto. Pero en ese momento, no podía permitirse pensar en eso.

Jimin se movió de nuevo a su lado, y Yoongi escuchó el leve susurro de las sábanas. Era consciente del dolor que Jimin estaba sintiendo, pero no se permitió consolarlo. No está vez. Jimin necesitaba entender, y para ello, debía enfrentar la realidad de sus elecciones. Así, mientras Jimin luchaba con sus propios pensamientos, Yoongi permaneció inmóvil, decidido a mantener la distancia que había impuesto entre ellos. Aunque cada parte de él quería girarse y ofrecer alguna forma de consuelo, se negó a hacerlo. Porque en el fondo, Yoongi creía que Jimin debía experimentar el dolor de sus propias decisiones, tal como él lo había hecho.

Love me like you hate me [Y.M][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora