Love me like you hate me [Y.M][✓]

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Jimin sintió su corazón latir con fuerza ante la confesión de Yoongi. Sus ojos se abrieron lentamente, encontrando la mirada intensa y sincera de su esposo. Fue como si las palabras resonaran en cada rincón de su ser, despertando algo que había estado escondido por mucho tiempo.

—Yoongi... —murmuró, sintiendo cómo sus propias emociones lo inundaban. —Yo también... te quiero.

No había más dudas ni reservas. Yoongi lo besó de nuevo, con una ternura que contrastaba con la pasión que había entre ambos. Cada caricia y susurro era una promesa silenciosa, una declaración de amor que ambos entendían sin necesidad de palabras. Jimin se dejó llevar por la calidez de Yoongi, sintiendo sus cuerpos cada vez más próximos, piel contra piel, dejando que el tiempo se disolviera entre besos y caricias.

Las manos de Yoongi recorrían su piel con devoción, como si cada toque fuera una forma de memorizar cada parte de él. Jimin respondió con la misma entrega, deslizando sus dedos por los hombros y la espalda de Yoongi, trazando el mapa de su cuerpo mientras lo sentía estremecerse bajo su tacto.

—No hay nadie más en mi corazón. —susurró Yoongi, su voz temblando un poco al decirlo—. Nunca lo ha habido.

Jimin cerró los ojos, dejándose envolver por aquellas palabras que parecían tocar su alma. Sintió los labios de Yoongi en su cuello una vez más, bajando lentamente, dejando un rastro de besos que lo hacía perderse en el momento.

—Hazme tuyo, Yoongi. —pidió Jimin con un tono suave, lleno de confianza y deseo. —Quiero ser solo tuyo.

Yoongi lo miró con ternura, y, sin decir nada más, lo envolvió en sus brazos. Para ambos, este momento era una confirmación, un nuevo comienzo, donde el pasado quedaba atrás y todo lo que importaba era el presente. Yoongi acarició el rostro de Jimin, tomándose un instante para grabar cada detalle de sus facciones en su mente. Su mano deslizó suavemente por la mejilla de Jimin, bajando hasta su mandíbula, y luego, con cuidado, le besó la frente, como si aquel gesto sellara la promesa que acababan de hacer.

Con cada roce y cada beso, el ambiente entre ambos se cargaba de una intimidad profunda, que iba más allá de lo físico. Yoongi llevó su mano hasta la cintura de Jimin y lo acercó aún más, como si tuviera miedo de que al separarse, aquella conexión pudiera desvanecerse.

—Gracias por confiar en mí. —murmuró Yoongi, su voz apenas un susurro. —Nunca quise otra cosa más que verte feliz, incluso cuando pensé que tal vez yo no sería quien estuviera a tu lado.