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La felicidad de la pareja era inmensa, algo que casi no podían expresar con palabras. En los días que siguieron a la noticia, Yoongi y Jimin se sintieron como si estuvieran en una nube, completamente sumergidos en la emoción y la alegría de saber que pronto serían padres.

Yoongi se convirtió en un cuidador atento y cariñoso. Cada día, se aseguraba de que Jimin estuviera cómodo, le preparaba sus comidas favoritas y lo mimaba con pequeños gestos de cariño. Por su parte, Jimin irradiaba felicidad; cada sonrisa, cada risa era más brillante que la anterior, y su mirada reflejaba el amor que sentía por Yoongi y por la pequeña vida que crecía en su interior.

La noticia también fue motivo de celebración para sus amigos y familiares, quienes les enviaban mensajes de felicitación y hacían planes para conocer al bebé. La mansión se llenó de una energía nueva, un ambiente cálido y lleno de esperanza que contagiaba a todos a su alrededor.

En las noches, antes de dormir, Jimin y Yoongi solían hablar de cómo sería su vida cuando llegará el bebé, imaginando cómo se vería, a quién se parecería, y soñando con los momentos que compartirían como familia.

—Yoongi, ¿Cómo crees que será? —preguntaba Jimin con una sonrisa soñadora.

—Creo que será tan hermoso como tú. —respondía Yoongi, acariciando suavemente su mejilla—, y tan dulce y alegre. Y, por supuesto, tendrá todo el amor que podamos darle.

Cada conversación, cada gesto y cada mirada entre ellos reforzaban su amor y los unían aún más, mientras esperaban con ilusión la llegada de su hijo. El día finalmente llegó; Jimin estaba en la cama, respirando profundamente mientras el dolor de las contracciones se intensificaba. La habitación estaba preparada, y a su lado, Yoongi sostenía su mano con fuerza, dándole todo el apoyo y amor que podía.

—Estoy aquí, Jimin. —susurraba Yoongi, con una mezcla de emoción y preocupación en su voz. —Respira conmigo, lo estás haciendo increíble.

Jimin, aunque exhausto, sonrió débilmente y asintió, apretando la mano de Yoongi. El dolor era fuerte, pero el amor y la presencia de su esposo le daban la fuerza que necesitaba. La habitación estaba llena de un ambiente de expectación y emoción mientras el médico le guiaba en el proceso de dar a luz.

—Ya casi, Jimin. —dijo la partera con una voz calmada y alentadora. —Solo un poco más.

Con un último esfuerzo, Jimin empujó con toda su fuerza, y un instante después, el sonido del llanto de un bebé llenó la habitación. Yoongi miró a Jimin con los ojos llenos de lágrimas, mientras ambos procesaban el milagro de tener a su hijo con ellos.

La mujer entregó al bebé a Jimin, quien lo recibió con una mezcla de asombro y ternura infinita. Yoongi se acercó más, abrazándolo mientras ambos miraban al pequeño ser que tenían en sus brazos.

—Es perfecto... —susurró Jimin, acariciando la carita del bebé, incapaz de contener sus lágrimas.

—Lo es. —respondió Yoongi, con una sonrisa que reflejaba toda la felicidad y el amor que sentía en ese momento. —Eres increíble, Jimin, gracias por este regalo.

Los tres se quedaron en silencio, envueltos en la calidez de su amor y en la promesa de un futuro lleno de momentos juntos. Sabían que acababan de empezar una nueva etapa como familia, y nada podía hacerlos más felices.

FIN.

Love me like you hate me [Y.M][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora