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Jimin y Yoongi se miraron una vez más antes de ser separados, un intercambio de miradas que parecía decir más que mil palabras. El momento había llegado, y ambos sabían que debían prepararse para la ceremonia ancestral, aunque el corazón les latía desbocado.

Jimin fue llevado a un pequeño vestidor, donde los sirvientes lo recibieron con sonrisas amables y suaves palabras de aliento. A medida que lo despojaban de su ropa habitual, la incomodidad inicial comenzó a desvanecerse. Se sintió extraño, pero también un poco emocionado. Lo condujeron a una bañera grande, llena de agua tibia y fragancias que llenaban el aire.

Mientras lo bañaban con delicadeza, los sirvientes usaron esponjas suaves para limpiar su piel, cada toque era cuidadoso, como si lo trataran con un delicado cristal. Jimin cerró los ojos, intentando relajarse. Sin embargo, su mente seguía ocupada con la imagen de lo que sucedería después. Las dudas y los temores regresaban en oleadas, pero la cálida agua y el murmullo del agua lo ayudaban a centrarse.

Una vez que lo bañaron y lo secaron, lo vistieron con una túnica elegante, cuidadosamente diseñada para la ocasión. Los colores eran suaves, adornados con hilos de plata que brillaban con la luz tenue de la habitación. Cuando finalmente se miró en el espejo, casi no podía reconocer a la persona que veía.

Poco después, el médico personal de la reina llegó, un hombre de porte severo y expresión concentrada. Se acercó a Jimin, revisándolo con atención, asegurándose de que estuviera en condiciones óptimas para la ceremonia. Jimin intentó mantener la calma mientras el médico tomaba su pulso y revisaba su salud general.

—Todo parece estar en orden. —dijo el médico con voz grave. —Recuerda que es importante que te mantengas tranquilo. —le sonrió. —La ceremonia puede ser intensa, pero no hay razón para que te preocupes.

Las palabras del médico lo tranquilizaron un poco, pero la ansiedad seguía latente. A lo lejos, podía escuchar el murmullo de los preparativos de la ceremonia. Jimin se sintió un poco más preparado, pero aún le preocupaba la idea de lo que estaba por venir.

Mientras tanto, en el otro lado del palacio, Yoongi también se encontraba en sus propios preparativos, siendo vestido y preparado para el rito. Ambos, aunque separados, sentían la misma mezcla de emoción y temor. La ceremonia estaba a punto de comenzar, y lo que ambos deseaban era que, sin importar lo que sucediera, se tuvieran el uno al otro en este momento tan crucial.

Love me like you hate me [Y.M][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora