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La puerta volvió a abrirse, e Irene se encontró de nuevo frente a Jimin, quien había salido envuelto en la manta, sus ojos fijos en ella con una seriedad inesperada. Caminó hacia ella con paso decidido, y su presencia llenó la habitación con una autoridad que Irene no había anticipado.

—Irene. —comenzó Jimin, su voz baja pero firme. —Yoongi es mi esposo y él no va a dejarme por ti ni por nadie.

Irene parpadeó, sorprendida por la intensidad en la mirada de Jimin. Trató de encontrar las palabras para responder, pero la seguridad con la que él hablaba la hizo vacilar.

—Jimin, yo no... —intentó, pero Jimin levantó una mano para detenerla, su rostro mostrando una calma controlada.

—Yoongi y yo hemos decidido estar juntos, pase lo que pase. —continuó Jimin, sin titubear. —No voy a permitir que nadie se interponga en nuestra relación y si has venido a interferir, es mejor que te retires ahora mismo.

Irene tragó saliva, incomodada y sin saber bien cómo responder. No había esperado que Jimin enfrentará la situación de esa manera, y mucho menos con aquella fuerza y seguridad.

—Lo siento, pero Yoongi debe de saber qué clase de esposo tiene... —murmuró, evitando la mirada de Jimin. —Él merece algo mejor y esa soy yo.

Jimin solo dijo eso y se fue dejando a la chica sola, esta entró al estudio y vio al pálido arreglándose la ropa, ella se acercó y lo giró, debía de arruinar ese matrimonio como fuera lugar.

—El amante de Jimin se llama Kim Taehyung. —dijo de manera desesperada. —es un inútil de clase baja.

—Ya lo sé Irene. —se sentó en su silla.

—Si lo sabes vamos donde la reina para que rompa tu matrimonio y Jimin sea expuesto por adúltero. —Sonrió.

—Irene. —suspiro Yoongi. —él nunca fue su amante, solo fue un romance pasajero.

—Eso te lo ha hecho creer. —se acercó. —porque si fuera así no lo tuviera trabajando en esta casa.

—¿De qué hablas? —la vio.

Yoongi miró a Irene con calma, pero sus ojos reflejaban una mezcla de decepción y molestia. Sabía que Irene podía ser insistente, pero aquella determinación por interferir en su matrimonio le resultaba completamente inapropiada.

—Irene, basta. —dijo con voz firme mientras se sentaba, sin apartar la vista de ella. —Sé lo que intentas hacer, pero nada de lo que digas cambiará lo que siento por Jimin.

Irene frunció el ceño, pero intentó suavizar su expresión, adoptando un tono más persuasivo.

—Yoongi, tú no entiendes, Jimin te está engañando, y si no haces algo, todos se enterarán. —insistió, acercándose un paso más. —Te está tomando por tonto al tener a su amante bajo el mismo techo.

—Irene, lo de Jimin y Taehyung fue un romance del pasado, y ambos han dejado eso atrás. —Yoongi soltó un suspiro, manteniendo la compostura. —He hablado con Jimin, sé lo que siente, y sé que su lealtad está conmigo.

Irene se mordió el labio, frustrada por la firmeza de Yoongi. Sabía que no sería fácil convencerlo, pero no estaba dispuesta a darse por vencida.

—No puedes estar tan seguro de eso. —dijo, con una sonrisa amarga. —¿No te preocupa que Jimin y Taehyung vuelvan a acercarse? ¿Qué te esté mintiendo?

—Sé lo que estás intentando, Irene. —replicó Yoongi, su tono ahora más duro. —Pero no voy a desconfiar de mi esposo solo porque tú insistes en hacerlo.

Love me like you hate me [Y.M][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora