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Jimin vio a Yoongi y salió de la habitación, la reina se levantó y vio al pálido, el cual lo vio de manera seria.

—Tengo que recordarte tu posición. —lo vio.

—Majestad. —le dijo Yoongi.

—Fuiste un hijo bastardo y yo te di mi apoyo al ver tu potencial. —hablo la reina.

—Lo sé, Majestad. —respondió Yoongi, bajando ligeramente la cabeza en señal de respeto. —Y siempre he estado agradecido por eso.

—Entonces, no me des razones para arrepentirme de mi decisión. —continuó la reina, su voz gélida y firme.

Dio unos pasos hacia él, su mirada intensa como si quisiera leer sus pensamientos.

—No haría nada que pudiera poner en riesgo su confianza. —contestó él sin apartar la vista.

La reina lo observó en silencio durante unos instantes, analizando sus palabras. Finalmente, soltó un leve suspiro y se apartó.

—Recuerda quién eres y a quién debes lealtad. —dijo, con un tono que dejaba entrever una advertencia sutil, pero clara. —No quiero que olvides que fue este trono el que te dio una oportunidad cuando nadie más lo haría.

Yoongi asintió lentamente.

—Lo tengo, claro, majestad. —respondió con firmeza. —Mi lealtad es suya.

La reina pareció complacida, aunque mantenía esa expresión distante. Asintió y dio media vuelta, regresando a su asiento con una gracia inquebrantable.

—Puedes retirarte, Yoongi. —le dijo

Él hizo una reverencia y salió de la habitación, sintiendo la mirada de la reina quemándole la espalda hasta el último paso. Jimin, al verlo, se acercó rápidamente y Yoongi lo tomó de la mano y salió con este del lugar, cuando se subieron al carruaje, Yoongi vio un carruaje y vio que sé bajó una mujer que se le hizo conocida, pero no dijo nada.

—¿Qué te dijo la reina? —le preguntó Jimin.

—Dijo cosas de mi pasado. —Desvío la mirada.

Jimin entendió y no preguntó más, por lo que no preguntó más, el silencio llenó el carruaje mientras este avanzaba lentamente por el empedrado camino. Yoongi mantenía la mirada fija en la ventanilla, observando el paisaje que pasaba frente a ellos. Jimin, aunque curioso, respetó la distancia que Yoongi parecía necesitar en ese momento.

Tras unos minutos de viaje en silencio, Jimin rompió la tensión con una sonrisa suave.

—Sabes que puedes contarme cualquier cosa, ¿verdad? —le dijo en un tono tranquilo, intentando aliviar el peso que parecía cargar Yoongi.

Yoongi suspiró, pero sus labios formaron una pequeña sonrisa. Agradecía tener a Jimin a su lado, aunque algunas cosas aún le costaban compartirlas y más con la relación que ambos tenían.

—Lo sé, es solo que... —Yoongi dudó, buscando las palabras adecuadas. —La reina tiene sus propios planes y, a veces, siento que estoy atrapado en ellos, como si no tuviera control sobre lo que sucede a mi alrededor.

Jimin asintió lentamente, comprendiendo la lucha interna de su amigo. Sabía lo que era vivir bajo las expectativas y obligaciones de la corte.

—Pero tienes control sobre tus decisiones, Yoongi. —Le dio un apretón suave en la mano. —Y tienes a personas que te apoyan, como yo.

Yoongi lo miró y, por un momento, el peso en sus hombros pareció disminuir. El carruaje continuó avanzando, y ambos permanecieron en un cómodo silencio, sabiendo que, al menos por ahora, estaban juntos en esto.

Love me like you hate me [Y.M][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora