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Con cada caricia, Jimin se sentía más en sintonía con sus emociones. La tensión que había acumulado comenzó a desvanecerse lentamente, transformándose en una calidez que lo envolvía. Yoongi, con su presencia firme y tranquila, le brindaba un refugio donde podía ser completamente él mismo.

—¿Te gustaría que intentáramos un poco? —preguntó Jimin, su voz aún temblorosa pero decidida.

El deseo de avanzar se mezclaba con su ansiedad, pero la confianza que sentía hacia Yoongi lo impulsaba a dar ese paso.

—Solo si tú lo deseas. —respondió Yoongi, asintiendo lentamente.

Su mirada no se apartó de la de Jimin, asegurándose de que el chico supiera que tenía el control de la situación. Con un pequeño gesto, Jimin se acercó un poco más. Sus corazones latían al unísono, y cada respiración compartida parecía intensificar la conexión entre ellos. Jimin, aun con cierta incertidumbre, le dio un suave toque a Yoongi, explorando su piel con los dedos.

—Me gusta... sentirte cerca. —murmuró, mientras sus dedos recorrían suavemente el contorno de su cuerpo.

—Y a mí me gusta tenerte así. —respondió Yoongi, su voz profunda y calmada. La forma en que sonrió hizo que Jimin se sintiera aún más seguro.

Poco a poco, Jimin empezó a moverse con más confianza, permitiéndose ser guiado por la respuesta de Yoongi. Cada movimiento era un diálogo entre ellos, un intercambio de deseos y consentimientos. La ansiedad se disipó a medida que Jimin se adentraba más en la experiencia, sintiendo cómo el amor y la conexión superaban su miedo inicial.

—¿Está bien así? —preguntó, buscando la confirmación en los ojos de Jimin.

—Perfecto. —contestó Jimin, su voz llena de admiración. —Eres increíble.

La calidez de sus palabras envolvió a Jimin, haciéndolo sonreír.

Esa sonrisa se convirtió en un reflejo del cariño y la pasión que compartían. Con cada movimiento, Jimin se dio cuenta de que la vulnerabilidad no era una debilidad, sino una fortaleza. La intimidad que estaban creando era una mezcla de ternura y deseo, un vínculo que iba más allá de lo físico.

—Siento que esto nos acerca más. —dijo Jimin, sintiendo una ola de emoción.

—Lo hace. —asintió Yoongi, acercándose aún más.

Sus labios se encontraron en un beso suave, lleno de promesas y dulzura. En ese momento, todo lo que había antes se desvaneció, y solo existían ellos dos, unidos en una danza de amor y confianza. Mientras continuaban explorando esa nueva etapa de su relación, Jimin supo que había encontrado en Yoongi no solo a un esposo, sino a un compañero con quien podía compartir su esencia más profunda. No había prisa, y eso les permitía disfrutar del momento, creciendo juntos en cada caricia y susurro.

Love me like you hate me [Y.M][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora