Love me like you hate me [Y.M][✓]

40

Jimin sintió una opresión en el pecho mientras las palabras de la reina seguían resonando en su mente. No podía evitar la inquietud y la confusión, así que miró a Yoongi, esperando que él le explicara lo que aquello significaba.

—Yoongi... ¿Qué es exactamente el rito ancestral? —preguntó en voz baja, tratando de sonar sereno, pero su tono temblaba.

Yoongi mantuvo su mirada fija en la reina, su expresión dura y seria, como si el peso de esa tradición le resultara insoportable.

—El rito ancestral. —comenzó Yoongi, su voz fría y calculada. — consiste en que miembros de la corte... observan a la pareja mientras consuman el matrimonio.

Jimin abrió los ojos, impactado, pero Yoongi continuó sin apartar la mirada de la reina.

—No es una ceremonia como las demás. —hablo serio. —se realiza para rezar por un heredero, pero en esta ocasión para confirmar la pureza de la unión, es decir, estarán ahí para asegurarse de que eres... virgen.

La última palabra resonó en el silencio que se instaló entre ellos. Jimin sintió que el suelo se desvanecía bajo sus pies, su rostro palideció al procesar lo que Yoongi acababa de decir. La invasión de su privacidad, el control opresivo de la corte y la crueldad de esa tradición lo dejaron sin palabras.

La reina observó la reacción de ambos con una expresión imperturbable, como si la importancia de su decisión superará cualquier consideración de respeto o decoro.

—La corte debe asegurarse de que este matrimonio es válido en todos los sentidos. —dijo ella, con una calma casi inquietante. —Y esto incluye la pureza de quienes lo conforman.

Jimin sintió una mezcla de indignación y vergüenza. Buscó las palabras, pero la rabia le impedía hablar con claridad.

—¿Un honor? —murmuró, incrédulo, sin poder contenerse.

—Con todo respeto, su majestad, esto no es un honor. —Yoongi apretó los puños y dio un paso hacia adelante, protegiendo a Jimin con su presencia y la firmeza en su voz. —Es una humillación y le aseguro que no necesitamos que la corte invada nuestra intimidad para demostrar lo que hay entre nosotros.

—Las tradiciones existen por una razón, duque Yoongi. —La reina apenas mostró una expresión de molestia. —Esto no es una cuestión de honor individual, sino del linaje y la posición que ambos deben representar, en tres días, el rito ancestral se llevará a cabo, cualquier queja o resistencia será vista como una traición a la corona.

Sin más palabras, la reina los despidió con un gesto de la mano, indicándoles que la audiencia había terminado. Ambos hicieron una reverencia y se retiraron lentamente, la atmósfera cargada de una tensión palpable.

Mientras caminaban en silencio hacia la salida, Yoongi miró de reojo a Jimin. Podía ver la inquietud en sus ojos, reflejando la suya propia.

—Jimin... —comenzó Yoongi, su voz apenas un susurro. —No quería que esto llegara a este punto.

—Yo tampoco, Yoongi. —Jimin esbozó una sonrisa amarga, tratando de ocultar el miedo y la incertidumbre que sentía. —Pero parece que nuestras decisiones ya no nos pertenecen