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La tensión en el aire se podía cortar con un cuchillo. Yoongi, con la mirada fija en la sábana que había estado en el centro de toda la revelación, sintió cómo una mezcla de sorpresa y confusión lo invadía. La cortina se movió, y los rostros de quienes los habían estado escuchando se iluminaban con una mezcla de asombro y morbo.

El silencio en la habitación se volvió ensordecedor cuando Yoongi movió las cortinas, revelando a los curiosos que habían estado escuchando a escondidas. La reina, con su mirada inquisitiva, se adelantó, sus ojos fijos en la sábana que caía de las manos de Yoongi. La tensión era palpable.

Yoongi, manteniendo su postura desafiante, simplemente señaló la sábana que contenía la prueba que ella tanto deseaba.

—Aquí está la prueba que tanto buscabas. —dijo, su voz clara y decidida. —Jimin ha sido virgen.

Jimin, aun en brazos de Yoongi, sintió un escalofrío recorrerle la espalda. La mirada de la reina lo atravesaba como un rayo, y el miedo se instaló en su pecho. No solo se trataba de su virginidad; era su honor, su dignidad.

La reina, aun evaluando la situación, se acercó lentamente.

—Mi intención nunca ha sido desacreditar a nadie. —dijo, aunque su mirada era dura. —Simplemente buscaba la verdad. —miro la sábana que tenía sangre. —Si esto es cierto, podríamos evitar muchas complicaciones.

—¿Complicaciones? —repitió Yoongi, sintiendo cómo la frustración burbujeaba dentro de él. —¿Acaso la virginidad de mi esposo define quién es? ¿Acaso es capaz de usar esto como un medio para controlarme?

La reina frunció el ceño ante la inesperada rebeldía de Yoongi. Sin embargo, había algo en su respuesta que la hizo detenerse a reflexionar.

—Quizás lo he juzgado mal. —admitió, su voz más suave. —Quizás no debería haberme dejado llevar por lo que se dice a las espaldas.

Yoongi, aun sosteniendo a Jimin, sintió que el ambiente comenzaba a cambiar.

—Lo que Jimin necesita no es una validación de su virginidad, sino el respeto por quien es. —declaró, mirándola a los ojos. —Las pruebas y los trofeos no definen su valor.

La reina asintió lentamente, meditando sobre las palabras de Yoongi. Había sido fácil caer en la trampa de los rumores y las expectativas, pero en ese instante, la verdad de Jimin brillaba más que cualquier prueba física.

—La sociedad a menudo se aferra a estos estándares, pero eso no significa que debamos aceptarlos. —continuó Yoongi, su voz firme y apasionada. —Jimin es más que un simple estatus; es un esposo leal, un ser humano con sueños y sentimientos.

Jimin sintió cómo su corazón se llenaba de gratitud hacia Yoongi. Las palabras de su esposo resonaban en lo más profundo de su ser. Ya no se sentía como un objeto de discusión, sino como una persona digna de amor y respeto.

Love me like you hate me [Y.M][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora