XXVII

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❝ Solo quiero ser tu...
favorito. ❞

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En Ever After High había espejos por todas partes.

Los espejos en Ever After High siempre habían sido una fuente de inquietud para HyunJin, y eso que siempre fueron parte de su vida, de su cuento. No eran solo reflejos inofensivos de su rostro o los de los demás estudiantes. En su caso, cada superficie reflectante escondía una amenaza velada, un recordatorio de que, aunque su madre estuviera atrapada, su influencia seguía extendiéndose a través de esos portales de cristal. Cada vez que veía uno, sentía una pequeña punzada de ansiedad, como si de un momento a otro su madre pudiera aparecer, burlándose de él con su mirada helada y su risa cortante.

En especial, en la habitación de Jeongin. Estar cerca de él era exponerse al peligro constantemente. No solo por las miradas furtivas de los príncipes, las envidiosas princesas, o la siempre vigilante Blancanieves, sino por el hecho de que su madre podía estar presente en cualquier superficie pulida. Era el peligro de estar con Jeongin, un príncipe del lado "correcto" del cuento, mientras él cargaba con el legado de la Reina Malvada.

Esa noche, el peso de todo lo que había ocurrido lo mantenía en vela, simplemente fue incapaz de relajarse, ni siquiera después de quitarse su tediosa capa de príncipe. El eco de las palabras de su madre todavía resonaba en su mente, mientras el incidente con el falso Libro de Cuentos Legendarios seguía molestándolo, como un pequeño corte que, aunque no es mortal, escuece constantemente. Jeongin, agotado por el día de la Fiesta de Coronación y los desfiles, descansaba profundamente a su lado, su cuerpo cálido y relajado, un contraste tan brutal con la tormenta interna de HyunJin que casi lo hacía sentir celos, si, de alguna razón, le hacía sentir celos.

El príncipe rubio tenía una facilidad irritante para escapar de las preocupaciones, su destino, su vida, su solución era hacer la vista ciega. Mientras que él, HyunJin, sentía el peso del mundo sobre sus hombros, Jeongin parecía deslizarse por la vida con gracia, despreocupado y brillante. Era como si el destino hubiera sido indulgente con él, dándole siempre el mejor papel —que de alguna razón, si, así tenía que ser la historia—. Pero HyunJin... él estaba atrapado en un cuento torcido, uno que no pedía, pero al que estaba irremediablemente atado.

Se dio cuenta de que no dormiría esa noche. Cada vez que cerraba los ojos, veía el rostro de su madre, sus palabras susurrando en su oído. Sabía que, en algún lugar, ella seguía observando, esperando. Quizá a través de los espejos en su propia habitación, los cuales había encantado para evitar su presencia. Se había esforzado en bloquear cualquier fuente de energía externa, tapar los espejos, hechizar o bloquear antes de irse a dormir o incluso antes de que Jeongin ingresará, con tal de mantener el secreto entre ellos dos.

Erase una vez || HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora