ACTO I: TERMINADO

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❝ FINAL DEL ACTO I ❞

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❝ FINAL
DEL ACTO I ❞

HyunJin saboreaba el silencio que lo envolvía, mientras Jeongin corría.

Un silencio que, a pesar de estar rodeado por cientos de personas, se sentía denso, casi íntimo, el Director Grimm traía una expresión de horror mientras agarraba el micrófono. Los rostros petrificados que lo rodeaban, capturados en medio de sus reacciones, parecían tan lejanos como irreales, HyunJin no podía creer lo que haya sido tan fuerte para congelar al instituto completo. Algunos lo señalaban con el terror congelado en sus ojos, otros permanecían sentados, sus expresiones atrapadas en una mezcla de sorpresa y confusión, príncipes en su mayoría. Había incluso unos pocos que, contra todo pronóstico, parecían mostrar una tenue gratitud en sus rostros inmóviles.

Nunca pensó que terminaría en ese mismo instante, en ese caos de decisiones y destinos rotos, páginas incompletas, firmas imaginarias, entre los gritos de princesas pidiendo un rescate y fragmentos de espejos costosos esparcidor por el suelo y su capa. Se había dicho a sí mismo que tal vez, solo tal vez, podría haber estado con Jeongin, perdonar todo con ojos ciegos, con una gran capa y un lindo espejo, junto a su lado en secreto, porque después de todo, HyunJin no desapareció ni hizo puff. Había imaginado un futuro diferente, uno para desafiar lo que les habían impuesto por generaciones, de ser más que los roles que se esperaban de ellos, para poder agarrar su mano libremente, quería respirar.

Pero, ¿quién estaba engañando realmente? Ni siquiera fue Jeongin quien quiso estar con él.

Se da cuenta de lo ingenuo qué fue mientras ve su cabellera desapareciendo por los escalones, Jeongin se había ido, si podría haber cambiado lo que el rubio sentía, pensando que su amor, o lo que sea que esto era, podía ser suficiente para hacerle ver que no necesitaba seguir algún camino trazado si estaba a su lado. Pero no era suficiente, nunca lo fue. No es suficiente para él, y eso es algo que tiene que aprender, que tiene que aprender a vivir con ello, no podía obligar a cambiar lo que siempre fue.

Entonces volvió a tocar su rostro, la pesadilla qué lo perseguía cada noche terminó, se repetía una y otra vez que había sobrevivido. Y eso significaba que, a pesar de todo lo que había escuchado, después del grito de Jeongin mientras terminaba todo, tenía la oportunidad de ser algo más, algo diferente a un hombre vanidoso en un espejo, algo que no depende de los caprichos de otro. Algo que, por primera vez podría ser verdaderamente suyo.

Mientras quitaba las esquirlas, suspiró mientras buscaba el rostro de su mejor amigo, Minho, el mismo que había pegado un grito en el cielo y agitado a Yeonjun en el proceso, que había insultado a los príncipes qué lo abuchearon, el mismo pelimorado qué firmó con una linda sonrisa aceptando su destino, no le importaba que su mejor amigo siguiera un camino propio. Aún atrapado en la quietud forzada por la magia de HyunJin, Minho tenía la boca abierta y los brazos alzados; una sonrisa alocada mucho peor que la del Gato de Cheshire, disfrutando del caos qué pasó por todo el lugar. El sombrerero loco era un personaje que, sin duda, agradecía de su confianza para evitar sentirse en soledad, pero le había ocultado su relación secreta con un príncipe qué nadie de sus amigos quería, y eso le aterraba, sin saber cómo reaccionaria la única persona en su vida que permaneció consigo desde pequeño.

Erase una vez || HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora