XXVI

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❝ Solo quiero ser tu...
favorito. ❞

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HyunJin había recordado una vez en la que Félix dijo que su padre era aterrador, y hoy, esa afirmación cobraba un nuevo significado.

«—¡No lo olviden, amigos! El Director Milton Grimm ha prometido un anuncio muy especial al final del desfile. ¡Recuerden sintonizarnos en cinco minutos para descubrir de qué se trata! —la voz de Lance Charming resonaba con entusiasmo falso, su sonrisa idéntica a la de sus hijos, mientras informaba desde la Villa Detrás del Libro—. Reportando en escena, soy Lance Charming.»

Pero apenas la grabación se detuvo, su expresión se apagó, revelando un profundo aburrimiento.

El desfile de carrozas, que HyunJin había anticipado con una mezcla de terror y desprecio, no fue tan aterrador como esperaba, había sido un dolor de cabeza —y eso era una alta expectativa—. Aunque tuvo que saludar a los ciudadanos villanos con su magia mientras pasaba, soportando algunos abucheos de princesas y plebeyos, la experiencia resultó ser más molesta que horrorosa. Los gritos que surgieron de la multitud lo hicieron voltear con una sonrisa falsa que detestaba, pero sabía que debía mantener. HyunJin odiaba las celebraciones, especialmente cuando se trataba de su primer año participando en ellas. Su carroza, a pesar de todo, no estaba mal: un árbol sombrío arrancado del Bosque Embrujado, adornado con manzanas negras que rodeaban todo el conjunto, una copia excéntrica y monocromática de la carroza de Jeongin, pero con su propio toque oscuro.

Después de su parte en el desfile, HyunJin se retiró detrás de escena, buscando un momento de respiro, necesitaba aire, necesitaba agua, necesitaba hundirse en un pozo y morir dramáticamente. Fue allí donde vio a Félix, atrapado en una conversación incómoda con su padre. El rey, con su sonrisa brillante y falsa, parecía más interesado en mantener las apariencias que en la conversación real. Félix, por su parte, tenía la mirada baja, asintiendo a cada palabra como si se tratara de una obligación más que de una charla entre padre e hijo, era cruel, humillante, la manera en la que jalaba su tiara, recalcando y empujando con una rabia qué, sin duda, no era de encuento.

—Con razón decías que era estricto —HyunJin lo tomó por sorpresa con una pequeña risa, tratando de aligerar el ambiente. Al irse el hombre, el pelirrojo decidió actuar—. ¿Qué te estaba diciendo tu viejo?

Félix dio un pequeño salto ante la inesperada interrupción, sus ojos parpadeando mientras trataba de recomponerse.

—Oh, HyunJin, te ves... radianfíco, digo, no, magnífico —balbuceó Félix, su lengua tropezando con las palabras. Luego, casi automáticamente, maldijo en voz baja por su torpeza—. Lo siento, estoy nervioso.

Erase una vez || HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora