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❝ And I don't care
if I'm
forgiven ❞────────────────
Jeongin pasó sus manos por las flores del bosque.Por más que le gustara las comodidades de su lindo castillo a las afueras del reino, rodeado de enanitos y hadas dispuestos a servirle, era momento de dejar los brazos de su madre —unas largas vacaciones a su lado—, empacar su magnífico closet en una linda maleta, y partir por el espejo transportador hacia el internado. Jeongin sintió una electricidad vibrar en sus dedos, a pesar de estar rodeado entre hechizos y bendiciones, su delgaducho cuerpo no soportaba las cargas mágicas, pero se emocionaba cada vez que su cabello insipido tomaba sus mechones y los convertía en rulitos, el vacío en su estómago, los pocos segundos en un túnel oscuro hacia el internado, era la actividad favorita en su primer día de clase.
Al llegar al bosque, arregló su cobartín, los lazos de su camisa eran rojizos cómo sus labios carnosos, su abrigo de peluche que lo protegía de aquellas ventiscas frías qué avisaban el clima perfecto del otoño. Tan solo se imaginaba con la gran corona de su madre, el trono de marfil en el que se sentaba cuando no había algún guardia cerca, el cetro de rubí qué heredaba cada primogénita de la dinastía de Blancanieves, tuvo la desgracia de ser un chico, pero nada de eso lo desmotivaba, su cuento era suyo y de nadie más.
¡Tan solo se imaginaba con la linda capa de diseñador de su madre! Firmando, ayudando a su reino, su propio final feliz.
Aquella fantasía se interrumpió abruptamente cuando Jeongin casi tropezó con una pequeña roca, un quejido salió de sus labios, demasiado descuidado. El año del legado, la nostalgia de un cuento que no se había comenzado a narrar se presentaba, no mentiría cuando decía que amaba el internado, más allá de la calidez de su progenitora, las dulces palabras de su padre, el tacto amable de sus mayordomos, amaba estar fuera de su castillo.
Jeongin estaba caminando al lado de Seungmin, su mejor amigo para siempre y por siempre, el chico cargaba sus propios libros con pesadez, mientras que sus queridas aves cargaban las maletas de ropa detrás de ellos, aleteando con la elegancia digna de un servidor de Blancanieves, todo era perfecto, brillante, puro, espléndido. Y justo ese año, el año donde tenía que resplandecer con sus ojitos delineados, tendría que estar en la misma puerta con personas imperfectas, opacas, corrompidas, a las cuales no le apetecia pasar más tiempo que una reverencia real, nada bueno saldría de combinar la realeza con simples plebeyos.
—¡Te extrañé! —Seungmin lo abrazó.
A pesar de ser uno de los chicos más altos del curso, Seungmin siempre llevaba unas plataformas que daban vértigo, su obsesión con su delicadeza era un claro ejemplo de devoción —según Jeongin—. Aquel día llevaba sus botines favoritos, su conjunto rosa chicle qué lo hacía ver como un sofisticado príncipe, sus lentes de sol rositas qué sujetaban los primeros mechones de su cabello castaño. Junto a la elegante piel cobriza de su mejor amigo, Jeongin parecía incluso más pálido que la leche.
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Erase una vez || HyunIn
Fantasy❝ Dónde Jeongin es el hijo de Blancanieves, y HyunJin, el hijo de la Reina Malvada, lo corrompe. ❞ ㅤ☪︎⠀𖫲 HyunIn - Top HyunJin - Jeongin Bottom. Breve mención de otros ships ㅤ☪︎⠀𖫲 Angst, NSFW, Temas delicados, Fantasía ㅤ☪︎⠀𖫲 Historia...