❝ Dónde Jeongin es el hijo de Blancanieves, y HyunJin, el hijo de la Reina Malvada, lo corrompe. ❞
ㅤ☪︎⠀𖫲 HyunIn - Top HyunJin - Jeongin Bottom. Breve mención de otros ships
ㅤ☪︎⠀𖫲 Angst, NSFW, Temas delicados, Fantasía
ㅤ☪︎⠀𖫲 Historia...
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❝ And you don't know if you'll make it back. ❞
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—Hwang HyunJin, a la línea de juego.
Jeongin observaba desde lo alto, montado en su dragón, cada fibra de su ser tensándose mientras escudriñaba el campo de juego. El clamor de la multitud, los cánticos y aplausos parecían distantes, casi irreales, como un murmullo ensordecedor —seguía siendo el hijo de la persona más amada de Nunca Jamás—. Pero toda su atención estaba en HyunJin, en la figura del pelirrojo que ahora se posicionaba en el campo, obligado a jugar tras su golpe a Félix, tal cómo la Reina Malvada había querido que sucediera. Había hecho lo que tenía que hacer. No podía permitirse vacilar ni una fracción de segundo, porque aquello no se trataba solo de ganar o perder; era una declaración. HyunJin estaba aquí. Y él, Jeongin, había conseguido que el destino los enfrentara en el campo como dos fuerzas implacables.
«Solo quedamos nosotros» se dijo, repitiendo las palabras en su mente. Al fin, no había otros jugadores ni distracciones. Todo quedaba reducido a esa última y fatídica jugada. Él y HyunJin, fuera de los demás, frente a frente. ¿No era así como los cuentos siempre dictaban el final? ¿Dos rivales en la cúspide de sus poderes, destinados a medir fuerzas hasta que uno finalmente prevaleciera?
Sin embargo, la expresión de HyunJin no era la que había imaginado. En lugar de la determinación feroz de un guerrero, veía en sus ojos algo más oscuro, más cansado, como si su enemigo estuviera al borde de la resignación, HyunJin no era un villano nato. Lo notó en la rigidez de sus movimientos, en la falta de esa chispa que alguna vez había encontrado cautivadora. Aquella mirada cargada de frustración le atravesó como una punzada de celos. HyunJin no estaba peleando por él; estaba allí obligado, por Félix, por los sucesos que Jeongin mismo había provocado.
La pelota subió al aire, y ambos dragones se elevaron de golpe, ascendiendo en espirales en dirección al balón. HyunJin fue el primero en atraparlo. Jeongin apretó los dientes. No iba a permitir que HyunJin le superara. Él mismo había hecho todo esto posible; el sacrificio de Félix, su madre cediendo a sus demandas. Todo, absolutamente todo, había sido para ver este momento realizado. Pero ¿por qué se sentía vacío?
—Jeongin —HyunJin lo llamó, sujetando el balón con fuerza—, de todas las cosas que pensé que iban a pasar, no me imaginé tener que sustituir al capitán.
—Es nuestro destino, tu contra mí —Jeongin intentó quitarle el balón de una embestida, pero falló en el intento—. ¿Acaso no es lo correcto?
—¿Lo correcto? —HyunJin escupió las palabras con veneno, clavándole una mirada acusadora—. ¡Mi madre está libre y Félix está herido, Jeongin!