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❝ Me has dejado cicatrices
por todo mi cuerpo
tus uñas de gel ❞

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«—No olviden la evaluación de mañana sobre tamaños de coronas y futuros problemas de cuello.»

Jeongin no había podido dormir bien, al menos, esa noche. El anuncio de la evaluación resonaba en su mente, pero era lo último en lo que realmente pensaba, aún con la mirada fugaz de la Reina Blanca entregando el material de estudio.

Había pasado la noche inquieto, dando vueltas en la cama, sus pensamientos enredados como los hilos de un tapiz incompleto. La noticia de su amiga, que antes era solo un murmullo en los pasillos, ahora se había convertido en un eco constante en su cabeza, una tormenta silenciosa que no le permitía encontrar paz.

HyunJin había dormido junto a él, y aunque normalmente le incomodaba compartir su espacio personal, se había vuelto parte de su rutina, muy arraigado a él, no negaría que el suave aroma de HyunJin, una mezcla entre pinos y el frescor del bosque después de la lluvia, le ofrecía una especie de ancla en medio de su caos interno, sus brazos eran más confortables que los del Charming. Cada vez que cerraba los ojos, el aroma le envolvía, y por un breve momento, podía imaginar que todo estaba bien, que su mundo no se desmoronaba lentamente, que los cambios no le producían miedo y que en realidad estaba disfrutando el año pasado con su corona intacta sin dudas sobre su destino, el de los demás o de siquiera quien era la persona que amaba.

Sin embargo, incluso ese pequeño consuelo no era suficiente para borrar el dolor que sentía, no solo dolor, un manchón negro que lo corrompía, una rabia que era incapaz de soltar. A pesar de que su amistad con Yeji no era la más profunda, siempre había pensado que había una comprensión mutua, una conexión tácita que les mantenía unidos, era una linda princesa con una zapatería costosa de una de las familias más veneradas, tenerla de enemiga sería echarse a sí mismo piedras en su camino. Ahora, esa conexión se sentía rota, fragmentada por decisiones que él no entendía, y la idea de que las cosas nunca volverían a ser como antes le dolía más de lo que había esperado.

Jeongin había tratado de distraerse, de concentrarse en cualquier otra cosa, pero su mente seguía regresando a la misma imagen: su amiga, sonriente, tomada del brazo de alguien más, como si ese fuera su destino desde el principio. Y él... él se sentía incapaz de hacer lo mismo.

Intentaba convencerse de que no era tan grave, de que las cosas mejorarían con el tiempo, pero cada pensamiento optimista era rápidamente aplastado por una ola de tristeza que parecía arrastrarlo cada vez más hacia el abismo, mareado por todo lo que había sucedido en las primeras horas de clase. ¿Por qué le dolía tanto? ¿Por qué se sentía tan traicionado, como si le hubieran arrancado una parte esencial de sí mismo si ella no era más importante que su farándula? Tal vez no se trataba solo de la pérdida de una amiga, sino de algo más oscuro, más difícil de admitir: la incapacidad de hacer lo mismo, de tomar las riendas de su destino en lugar de dejarse arrastrar por el papel que le habían impuesto. La amarga verdad era que se veía a sí mismo como un cobarde, un prisionero de su propia historia.

Erase una vez || HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora