❝ Dónde Jeongin es el hijo de Blancanieves, y HyunJin, el hijo de la Reina Malvada, lo corrompe. ❞
ㅤ☪︎⠀𖫲 HyunIn - Top HyunJin - Jeongin Bottom. Breve mención de otros ships
ㅤ☪︎⠀𖫲 Angst, NSFW, Temas delicados, Fantasía
ㅤ☪︎⠀𖫲 Historia...
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❝ Could you be the devil, could you be an angel. ❞
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Para un príncipe tan delicado como Jeongin, la falta de sueño podía sentirse como una condena.
La habitación estaba en completo silencio, excepto por el suave y constante sonido de la respiración de HyunJin a su lado, Jeongin permanecía despierto, su cuerpo acurrucado cerca del villano, sintiendo el calor que emanaba de él. Pero, a pesar de esa cercanía, no encontraba descanso alguno, el cansancio pesaba sobre él, aplastando sus pensamientos como una sombra insidiosa que no lo dejaba en paz. Su mente seguía inquieta, atrapada en una maraña de dudas y temores, proyectando sombras que se alargaban en cada rincón de la habitación.
No sabía qué hacer.
Estaba atrapado entre dos fuerzas que lo desgarraban en direcciones opuestas: su familia y HyunJin. Era una decisión que lo carcomía por dentro, una que se sentía demasiado grande para él, demasiado aterradora para alguien que había sido criado bajo las suaves alas de la sobreprotección maternal. Jeongin había sido mimado por su madre toda su vida, siempre envuelto en dulces promesas de un final feliz, pero ahora, en la fría realidad, ese final parecía alejarse más con cada segundo que pasaba.
Abrió los ojos, observando a HyunJin. Parecía tan tranquilo mientras dormía, una quietud que contrastaba con las noches agitadas que solía tener. Antes, las pesadillas lo asediaban, haciéndolo temblar y murmurar cosas ininteligibles, pero esas noches habían cesado desde que HyunJin firmó el libro de los cuentos legendarios. Jeongin agradecía no tener que verlo arder de fiebre en medio de la madrugada, pero la serenidad que ahora lo envolvía no le traía paz a él, había algo reconfortante en su rostro relajado, libre de las tensiones que normalmente lo asediaban durante el día. Los pequeños lunares sobre su piel, los que Jeongin siempre había encontrado fascinantes, brillaban sutilmente bajo la luz tenue que se filtraba por la ventana.
Sus dedos, casi por reflejo, acariciaron suavemente la mejilla de HyunJin, trazando el contorno de su rostro con una delicadeza que parecía sagrada en la quietud de la noche. HyunJin se veía tan frágil, tan vulnerable.
No quería perderlo.
Ese pensamiento golpeó a Jeongin con una intensidad brutal, sacudiéndolo. No quería que nada ni nadie le arrebatara a HyunJin. Ni la oscuridad que lo rodeaba, ni las expectativas familiares, ni el destino que parecía trazar caminos distintos para ambos. Pero, ¿cómo podía detenerlo? Sentía que HyunJin se estaba alejando poco a poco, que el hombre que amaba estaba cambiando, y aunque trataba de aferrarse a él, ese cambio se deslizaba entre sus dedos como arena, su mirada se desvió hacia el espejo, cubierto con una manta en la esquina de la habitación. HyunJin le había advertido, más de una vez, que no lo usara. "Es peligroso," le había dicho con la seriedad que solo usaba en esos momentos. "No lo toques, no te acerques."