15

60 14 0
                                    

Betty desayunaba en la cocina mirando a su hermana, quien aún dormía en el sofá mientras su madre ponía paños de agua fría en su frente y debajo de sus brazos, intentando bajar su temperatura.

-Cariño -Alice llamó la atención de su hija menor- esta semana trabajaré en la noche y en la tarde para cobrar más dinero. Quizá tengamos que llevar a Polly al hospital, está así hace una semana y comienza a preocuparme.

Betty solo asintió con la cabeza.

-Mamá -murmuró- ¿Y si voy contigo?

Alice suspiró.

-No. Y no vuelvas a preguntarlo. Mi hija de diecisiete años no estará trabajando en un bar oscuro y lleno de hombres asquerosos.

-Pero mamá, el Wyrm es de las serpientes. Nadie jamás me haría nada.

-Betty, ya dije que no.

No tan lejos de ahí, Jughead bebía una taza de café, sentado junto a su madre cuando Jellybean y su padre salieron de la habitación de ella.

La menor se detuvo al ver a su hermano.

-Oh.

Miró a FP, dándose cuenta de todo lo que había sucedido la noche anterior.

-Hola -Jughead murmuró- ¿Cómo...? ¿Cómo estás?

Jellybean se veía algo confundida. Como si no supiera que hacer.

-Em...no. No, mamá -la miró a los ojos, alejándose de su padre- no. Nos dejaron y se fueron y ahora creen que pueden volver y fingir que nada sucedió. Anoche estabamos vulnerables, pero hoy no. No puedo dejar que se queden aquí.

-Cariño -FP habló- yo solo quiero arreglar las cosas.

-Papá -suplicó con algo de dolor en su voz- no mientas. No estarías en Riverdale si Jughead no hubiera hecho lo que hizo. Ninguno estaría aquí. Y no hay nada que me asegure que no volverán a irse en cualquier momento.

-JB -la llamó su madre, con cuidado- quizá deberíamos pensarlo un poco.

Jellybean suspiró mirando a su hermano.

-Lo siento. No pensé antes de irme. Creí que sería por un tiempo y que luego ustedes vendrían con nosotros pero luego...luego no pasó.

-Y me dejaste.

-Y te dejé -dijo avergonzado- y lo siento. Y no quiero que crezcas sin tu hermano mayor. Y no quiero volver a encontrarme contigo en diez años y no saber como llegaste a ser quien eres. Quiero estar ahí, enana. En serio.

-Yo te necesitaba y tu no estuviste ahí.

-Lo sé. Lo siento.

-No voy a poder perdonarlos tan fácil. Y espero que tú tampoco, mamá -dijo en tono de advertencia-

-Quizá deberíamos sentarnos a hablar. Esta tarde, en Pop's.

Jellybean solo asintió y entró de nuevo a su habitación.

-Gracias -FP murmuró-

-No me agradezcas, no lo hago por tí. No quiero que te me acerques. Pero mi hija merece tener un padre y yo no quiero que mi bebé no tenga a su mamá para hablar cuando se sienta mal.

-No soy un bebé, mamá -dijo Jughead, quejándose- tengo una banda de rock.

-No me importa. Eres mi hijo y tengo que cuidar de tí.

King of rock 'n rollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora