King of rock 'n roll

48

-Juggie -Betty murmuró mientras almorzaban, con Toni y Sweet Pea sentados frente a ellos, peleando por la última manzana-

-¿Sí, preciosa?

-¿Puedes...Puedes venir a casa luego?

-Claro que puedo.

-Okay -la rubia respondió mirando su comida-

Había algo extraño en su tono. Un dejo de timidez y quizá algo de tristeza.

-¿Qué pasa, bebé?

La pelea frente suyo se detuvo. Betty no lo notó.

-Es que te extraño.

Toni fingió una arcada y Betty levantó la mirada y se sonrojó de inmediato.

-Cierra la boca, Topaz -Jughead dijo sin cuidado-

-No me digas cuando cerrar la boca.

Betty sonrió y miró al pelinegro.

-No peleen. Y no se hablen así.

Toni bufó y Jughead abrazó a Betty.

-Yo también te extraño, preciosa.

Luego de un largo silencio, Sweet Pea habló.

-Me dijiste que veríamos películas esta noche.

Betty abrió los ojos, su rostro aún enterrado en el pecho de Jughead.

-Mierda. Lo había olvidado, Pea.

-No importa -dijo algo decepcionado- otro día.

-¿Seguro?

El más alto asintió y le dio una mordida a su manzana.

Esa tarde, Jughead y Betty se acostaron en la cama de la rubia y prendieron la televisión. Él puso una película, Betty fingió estar de acuerdo con la elección pero la verdad no le importaba, solo quería abrazarlo hasta quedarse dormida.

-Betts -murmuró-

-¿Mhm?

Jughead sonrió y besó su cabeza.

-Nada.

-Dime -murmuró-

Él negó con la cabeza.

- Nada.

-Jones, voy a darte vuelta la cabeza de una cachetada. Habla.

-Ok -rió- Creo... creo que le gustas a Sweet Pea.

-No, Juggie -rió- aunque es adorable que estés celoso.

-No estoy celoso -dijo algo enojado- Sweet Pea no es quien te va a follar esta noche mientras gimes que eres suya en su oido.

Betty se sonrojó cerrando los ojos en su pecho.

-Pero no estoy loco, él siempre está buscando excusas para estar cerca tuyo.

-Sí, porque es mi amigo.

-Puede ser tu amigo a 50 centímetros de distancia. No hace falta que su brazo te esté rodeando todo el tiempo.

Betty sonrió inclinando la cabeza hacia arriba para mirarlo mejor.

-¿Qué es toda esta posesividad de repente?

Él suspiró acariciando su cabello.

-Perdón -murmuró- Se que realmente no tengo derecho a-

-No, Juggie. No es sobre eso. Jamás creí que serías el tipo de chico que no puede verme cerca de otros chicos sin volverse loco.

-No lo soy -dijo frustrado- pero...no lo sé. Cuando se trata de tí hay algo dentro mío que cambia. Mis instintos se afilan y no quiero que nadie...nada. Es estúpido. Y tóxico.

-No quieres que nadie ¿Qué?

-No quiero que nadie te arrebate de mis manos. Eres...tan perfecta. Entiendo porqué le gustas a todos los chicos que te ven. Pero me asusta que descubras que soy exactamente igual que el resto y decidas...no lo sé, alejarte de mí.

Betty lo abrazo, sintiendo una mezcla de ternura y tranquilidad.

-Juggie, nadie es igual a tí.

-No, porque yo soy peor.

La rubia, con el ceño fruncido y mucho enojo, se sentó el la cama.

-¿Quien eres y qué hiciste con Jughead?

Él sonrió levemente, con la mirada baja.

-Juggie ¿Que sucede? Sabes que eres la persona más cool que existe y el chico más hermoso que pisó el planeta tierra.

-Solo dices eso porque quieres que me sienta mejor.

-Yo no regalo cumplidos. Y menos a narcisistas. Se que sabes lo genial que eres ¿Por qué lo dudas, bebé?

-No lo sé -dijo en voz baja- Me da mucho miedo perderte, Betts.

-Okay, ven aquí -Betty respondió acostándose pata abrazarlo, ayudandolo a acomodarse entre sus brazos- Yo solo te quiero a tí. Solo quiero besarte a tí, solo quiero dormir contigo, solo quiero estar a solas contigo, despertar contigo, y estar cada segundo de cada día contigo. No quiero a nadie más. ¿Entiendes eso?

Jughead asintió, enterrando su rostro en el cuello de la ojiverde, sintiendo su tranquilizante aroma.

-Gracias, preciosa.

Betty respiró profundo y besó su frente.

-¿Qué quieres hacer?

-No lo sé -murmuró- ¿Tú?

-A mi me interesa el plan de que me folles mientras que gimo que soy tuya en tu oído.

Jughead rió y se acercó a su rostro para dejar un corto beso en sus labios.

-Bien.