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Al ver a Jughead y FP salir del trailer de Jellybean, Betty corrió en su dirección, empujando al pelinegro menor para golpear la puerta.

-¿JB? Soy yo. ¿Estás bien?

-¿Qué haces? -Jughead preguntó-

-Tú vete a tu casa.

-Pero-

-¿JB? -la rubia la llamó preocupada-

-Déjenme sola -sollozó desde el otro lado de la puerta- estoy bien.

-Linda, si necesitas venir a mi trailer-

-Lo sé. Gracias, Betts.

-Llama si me necesitas.

-Lo haré.

Betty volteó a ver a los Jones.

- Ni se le acerquen. Ya hicieron demasiado.

-¿Y tú como sabes?

- Estuve en la vida de Jellybean todos estos años que tú no. Y todas las cosas que esta niña tuvo que pasar son culpa de ustedes dos. Asi que es mejor que se alejen.

Jughead suspiró y volteo para caminar hacia el auto.

-Oh, y Jughead.

-¿Qué? -dijo molesto-

-Estás en territorio sepiente. Cuidate la espalda.

Jughead subió al auto con su padre. Betty los miró irse y volvió a su trailer.

-¿Eran los Jones? -su madre preguntó-

-Sí.

-A mamá le gusta el papá de Jughead Jones -dijo Polly sin apartar la vista de su laptop rosa-

-No. Es atractivo, pero es una pésima persona.

Betty suspiró abriendo la heladera.

-Lo sé.

Su hermana mayor volteó a verla con una mueca de diversión.

-¿Lo sabes? ¿Acaso a tí también te gusta el papá de Jughead Jones?

-Ellos dos son un asco y me parecen seres repugnantes. ¿No tenemos nada para cenar?

Alice cerró los ojos soltando un suspiro.

-Lo siento. Tuve que pagar el gas y no...no pude...

-Tranquila, mamá -Betty puso una mano en su hombro, intentando tranquilizarla- pensaré en algo.

-Polly y yo cenamos en el bar, pero no puedes no cenar, cariño.

-Mamá.

-Lo siento, mi amor.

-Mamá, está bien. Hablaré con Toni, de seguro puedo ir a cenar a su casa.

-¿Estás segura?

-Sí, mamá. En serio.

Alice respiró profundo y abrazó a su hija menor.

-En serio lo siento, cariño.

-No es tu culpa.

Esa noche, Betty estaba en el trailer de su amiga Toni, cenando junto a ella y sus abuelos.

-¿Quieres quedarte a dormir?

-Me gustaría, pero debo volver a casa.

-Está bien -la pelirosa sonrió- otro día.

-Si, otro día.

-Oye, mañana Sweet Pea y yo iremos a una fiesta en la casa de Reggie Mantle. ¿Vienes?

-¿Una fiesta del lado norte?

-Sí, pero será divertido. Vamos, Betts.

-¿Con Sweet Pea?

-Sí.

-No.

-Pero-

-No.

-Y si-

-No.

-Betty-su amiga suspiró- por favor. Jamás sales conmigo.

-Porque siempre sales con Sweet Pea.

-¿Y qué tiene?

-Que no confío en él.

-Sweet Pea es un buen chico -la abuela de Toni agregó- es confiable, lo prometo.

-No hizo nada malo jamás. No hay razón para desconfiar, Betts.

-Oh, si la hay.

-¿Cuál? -dijo cansada-

-Es un hombre.

-¿Y?

-Son iguales. Todos y cada uno de ellos. Ningún hombre es confiable.

-Sweet Pea es mi amigo, lo conozco. Jamás nos haría nada malo a nosotras ni a nadie, y lo que más desea es agradarte a tí.

-¿Por qué desearía eso?

-¡Porque quiere ser tu amigo! -rió-

-¿Por qué?

-Porque eres la persona más cool de este planeta, Betty -su amiga afirmó con seguridad- y cuando eramos niños, siempre jugabas con él, hasta que un día paraste y te alejaste de todos de repente. Yo...yo entiendo porqué. Pero Sweet Pea es distinto.

-Toni -murmuró- sabes que no puedo ser su amiga.

-Betts -tomó su mano delicadamente- te lo digo como tu mejor amiga. Puedes acercarte a Sweet Pea. Él jamás va a abandonarte.

Betty bajó la mirada.

-¿Estás segura? -murmuró-

-Muy segura.

-¿Y estás segura de que no me odia por haberme alejado de repente?

Ella asintió con la cabeza.

-Sí. Tenías ocho años, Betty.

-Muy bien -aceptó- iré.

King of rock 'n rollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora