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El trailer de las Cooper estaba oscuro. Lo unico que lo iluminaba era la luz del televisor y la que entraba por las ventanas. Betty y Jughead se miraban al tener una conversación difícil.

-Solo...no te burles. Por favor.

Betty asintió algo confundida. Jughead no era el tipo de chico que diría algo así. Jughead era engreído y malhumorado.

Él continuó.

-Papá comenzó a beber hace dos años. Al principio era ocasional, y no me preocupaba. Pero luego comenzó a ser todas las noches y comenzó a olvidar cosas importantes y a afectar nuestras vidas de muchas maneras. Tuve que empezar a cuidar de él y mi vida se volvió completamente abrumadora.

-Eso es horrible.

-Sí...por eso comencé a fumar. Quitaba mi mente de lo que realmente estab sucediendo y me mantenía ocupado en otra cosa. Pero necesitaba más -o eso creí- asi que probe cosas mas fuertes.

Un suspiro se le escapó mientras recordaba el momento en que quien entonces era su mejor amigo le entregaba aquella pequeña bolsa que cambiaría el rumbo de su vida.

-Marcus, mi baijista, me consiguió cocaína. Me hice completamente adicto, tanto que cuando papá pudo volver a estar sobrio, yo continué usando.

-¿Él sabía?

-Claro que no. Si papá hubiera sabido algo, no estaría aquí ahora mismo. Él jamás hubiese dejado que todo llegue tan lejos.

Respirando profundo, continuó la historia.

-Comencé a hartarme de la cocaína. Sentía que ya no tenía ningun efecto en mí, lo cual es estúpido porque estaba arruinando mi vida, pero conseguí cosas más y más fuertes. Ni siquiera recuerdo cómo llegué a probar heroína por primera vez. Toda esa etapa del año esta algo borrosa en mis recuerdos, de hecho.

-Tiene sentido -dijo Betty, recargando su cabeza contra la pared detrás del sofá, escuchando atentamente-

-Papá me descubrió. Yo me inyectaba antes de salir al escenario y mis amigos me ayudaban a ocultarlo de él. Pero un día entro al baño y simplemente me vio. No supo como reaccionar, yo...

Los ojos de Jughead se cristalizaron y su nuez de adán subió y bajó cuando se tragó las lágrimas.

-Pude ver cómo algo dentro suyo se rompió. Se paralizó y cuando me acerqué a él se derrumbó por completo y solo comenzó a llorar agarrandose la cabeza. Fue horrible y yo sabía que era mi culpa. Me rehusé a decirle quien me vendía, porque sabia que si lo hacía me separaría de la banda y...era lo único que tenía. No tenía a Jellybean, no tenía a mi mamá. Solo era mi papá y mis tres idiotas amigos que claramente no les importaba ni un poco que yo esté bien.

-¿Y que hizo tu papá? -dijo Betty, preocupada-

-Intentó enviarme a rehabilitación. Pero escapé r
tres veces, asi que se rindió. Eso fue...fue peor. Vi como dejó de importarle y recuerdo bien las palabras 'Haz lo que quieras, Jughead. Ya entendí que jamás va a volver a importarte lo que sale de mi boca'. Ver como papá me dio por un caso perdido...eso me hizo mierda.

Las lagrimas estaban a punto de brotar de sus ojos mientras hablaba.

Betty moría por abrazarlo.

-Mis amigos comenzaron a alejarse cuando vieron que papá estaba sospechando de que ellos eran quienes me habían introducido a las drogas en primer lugar. Solo nos veiamos en ensayos. Y bueno...un día papá me sentó en el sofá y me dijo que quería intentar una vez más, que quería enviarme a rehabilitación. Le dije que no, que era inútil y ya nada podía ayudarme. Me enojé, y él conmigo, y comenzamos a gritar. Le dije que todo era su culpa y que si no hubiera comenzado a beber, yo jamás estaría así. Estaba volviéndome loco. Papá intentó golpearme pero no pudo.

Una lagrima al fin se escapó de su ojo derecho.

-Me encerré en mi cuarto -dijo con la voz entrecortada- junté todas las jeringas que tenía...y me metí en la bañera. Y bueno...no recuerdo más que eso, pero según papá me lo cuenta; él derribó la puerta de mi cuarto y entró al baño. Cuando me encontró me llevó de inmediato al hospital. Dice que creyó que ya estaba muerto...y...

Jughead tuvo que detenerse. No podía contenerlo más.

-Puedes llorar si quieres -dijo Betty, poniendo una mano en su hombro-

Él rompió en llanto y se derrumbó hacia los brazos de Betty. Ella lo abrazó instantaneamente.

-Cuando desperté, no recordaba mucho.Papá no se despegó de mí por las próximas semanas . Dejé de consumir absolutamente todo, le conté a papá como comenzó y les dijo a los chicos de la banda que se podían ir a la mierda y que jamás volvería a verlos. La abstinencia me estaba matando y fue asi por meses hasta que papá decidió que debíamos volver a Riverdale. Y aquí estoy.

La rubia acarició su cabello negro aún abrazándolo.

-¿Y cómo te sientes ahora?

-¿Ahora mismo?

Ella asintió.

-Mucho mejor de lo que creí que podía sentirme.

Jughead se separó y secó sus lágrimas.

-Debo verme patético. Dios, debes pensar que soy un idiota.

-Creo que jamás había pensado mejor de tí que ahora mismo -dijo aún con su mano detras del cuello de Jughead-

¿Por qué su mano seguía allí? Su cerebro quería alejarse, pero su cuerpo no parecía obedecer las órdenes enviadas.

Por el contrario, comenzó a acercarse lentamente al rostro de Jughead.

-Betty -él murmuró-

-¿Jughead?

Mientras se acercaban con cuidado, sus ojos se cerraron y sus labios se juntaron antes de poder darse cuenta.

El beso comenzó como uno suave, cuidadoso, y con algo de temor. Se separaron y sus ojos se conectaron.

Sin decir una palabra y como si de dos imanes se tratara, sus labios volvieron a sellarse en un beso, ahora hambriento y lleno de apuro. Las manos de Jughead tomaron la cintura de la rubia y la llevaron a sentarse en sus piernas, queriendo romper cualquier barrera que quedase entre ambos.

-Betty -Jughead jadeó- ¿Quieres que me detenga?

-No seas idiota. Bésame.

King of rock 'n rollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora