Betty vio como la familia de los Jones salía de la cafetería tras estar allí por un total de tres horas y veinte minutos. Todos subieron al auto de FP. ¿Eso era bueno o malo?
Tuvo que luchar contra su impulso de enviarle un mensaje a Jughead para preguntar. No era su lugar, y ¿Por qué le hablaría? No eran amigos, no eran nada y hablarle solo sería causante de futuros problemas. Las cosas estaban bien así.
-Betty -Pop Tate llamó su atención- ¿Qué tal está tu hermana?
La rubia suspiró angustiada. No era fácil cuando una de ellas se enfermaba. Los medicamentos eran caros y el bar no pagaba mucho, y Pop menos.
-No tan bien, Pop -respondió ladeando la cabeza- aún no puede volver a trabajar y mamá me dijo que quizá tengamos que llevarla al hospital.
El hombre asintió con la cabeza y respiró profundo.
-Puedes irte, Betty. Ya hiciste mucho hoy.
-Pero Pop -la rubia se quejó con desilución y preocupación en su mirada- dijiste que me dejarías hacer tres horas extra, solo voy una. Necesito el dinero, no-
-Betty, hoy cocinaste, serviste, limpiaste y atendiste. Voy a pagarte esas tres horas.
-Pop, no esta bien. Debo hacer las horas que-
-Betty -el hombre dijo con suavidad en su tono- Ve a casa, cuida de tu hermana. Descansa. Te pagaré en cuanto llegue a casa ¿Bien?
Ella suspiró.
-Bien. Gracias, Pop.
-No hay porqué, pequeña.
Betty estaba tomando sus cosas para irse, cuando Pop la detuvo una vez más.
-Ten -dijo alcanzándole una bolsa de papel- para Polly.
La rubia miró dentro de la bolsa y sonrió al ver sopa de pollo y una bebida.
-Gracias.
-Ve a casa.
Betty caminó a su trailer. Al llegar, vio una nota sobre la mesa.
Nos fuimos al hospital. Polly estaba muy mal y necesitaba ver a un médico. Te dejé ensalada y carne en el refrigerador. Por favor descansa. Volveremos pronto.
Instantaneamente sacó su teléfono y llamó a su madre.
-Hola, cariño.
-Mamá ¿Polly está bien?
-Si, linda. Solo van a inyectarle algo. Será caro pero...pero voy a resolverlo de alguna manera.
-¿Necesitas-?
-No, necesito que cenes. Son las nueve de la noche. Por favor cena y no salgas del trailer. Volveremos pronto, mi amor.
-Está bien Por favor avísame si pasa algo.
-Claro. Buenas noches, Betty.
-Adios mamá. Te amo.
-Yo a tí, mi amor.
Betty dejó su teléfono y caminó al refrigerador. No tenía tanta hambre asi que cuando la puerta del trailer sonó, fue un alivio.
Al abrirla, el alivio se esfumó.
-Jones.
-Hola.
-¿Qué haces aquí?
¿Vienes por mí?
-Quería hablar contigo.
-¿Hablar...conmigo?
-Agradecerte, de hecho. ¿Puedo pasar?
-C-Claro.
Ni siquiera había parado a pensar que Jughead estaba ahí pero no había rastro del auto negro. ¿Había ido solo? ¿Para hablar con ella?
-Pasa, siéntate -dijo tomando asiento frente a él en la mesa- ¿De que quieres hablar?
Jughead suspiró. No estaba acostumbrado a agradecer. No le gustaba.
-Mamá y Jellybean vendrán a quedarse dos semanas con nosotros. Vamos a...intentar funcionar de nuevo. Y parte de eso es gracias a ti.
-Lo es.
Jughead rió.
- Que bueno que lo sepas
¿Qué le pasaba? ¿Por qué no la estaba molestando ni haciendo chistes sobre su complejo de superioridad?
-¿Estás sola?
Betty asintió con la cabeza.
-Mi mamá tuvo que llevar a Polly al hospital. Ella está enferma.
-¿Sabes cuándo van a volver?
-No. Mamá dijo que pronto pero...no tengo idea.
-No puedes quedarte sola, es peligroso.
-Es mi casa, Jones.
-Es el lado sur.
-Voy a quedarme contigo hasta que tu mamá y tu hermana vuelvan.
-Jughead...
-No insistas. No servirá de nada.
Betty suspiró rindiéndose. Aunque no le gustara, él tenía razón. Detestaba estar sola cuando estaba oscuro.
-¿Y cómo volverás a tu casa luego?
-No te preocupes por eso ¿Qué vas a cenar?
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King of rock 'n roll
Teen FictionJughead Jones, la estrella de rock del momento, causa la separación de su banda al cometer un grave error que cambió el rumbo de su alocada vida, causando su regreso a su ciudad natal, Riverdale, en donde se reencontrará con Betty Cooper, una chica...