King of rock 'n roll

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-Betts, Pea y yo ya nos vamos. Puedes llamarme si me necesitas ¿Si?

La rubia asintió tomando la mano de su amiga.

-Te amo, Toni.

-Yo a tí, Betts.

Los dos amigos de Betty se fueron del trailer, y Jughead se acostó junto a ella en la cama.

-¿Te quedarás conmigo toda la noche?

-¿Quieres estar sola con tu mamá?

-No. Quiero que te quedes.

- Estaré aquí. No iré a ningún lado, hermosa.

-Gracias, Jug.

Ella lo abrazó, permitiéndose cerrar los ojos por un momento al sentirse protegida por fin.

-Juggie -murmuró- creo que solo dejo de llorar si me abrazas.

-Está bien, preciosa. Puedes llorar mientras te abrazo también si eso necesitas.

- Quiero dejar de llorar. Estoy cansada.

-¿Quieres dormir?

La rubia asintió, aferrandose a él.

-Muy bien. Cierra los ojitos, yo te abrazaré el tiempo que necesites.

Tanta ternura de parte de Jughead parecía una realidad paralela. O una mentira. Pero no lo era, él hablaba en serio.

-Gracias.

-Descansa, linda.

Betty tardó poco en quedarse dormida. Y cuando lo hizo, nada parecía poder despertarla.

-Jughead -Alice se asomó a la puerta- ¿Vas a quedarte?

Él solo asintió.

-Okay. Gracias. Voy a...intentar dormir. Por favor, cuídala mucho.

-Lo haré.

-No le hagas nada, Jughead.

-No podría. Es lo mejor que tengo ahora mismo.

Alice asintió con una sonrisa casi inexistente y se fue a su habitación.

Jughead se quedó pensando en sus propias palabras.

¿Acaso solo estaba hablando o decía la verdad?

¿Había algo mejor que Betty en su vida en ese momento?

Si lo había, él no lograba recordarlo.

Jughead pasó casi toda la noche despierto. Cuando logró dormirse, solo pudo hacerlo por tres horas, hasta que Betty comenzó a moverse en sus brazos.

-Buenos días, Cooper.

-¿Ya no más preciosa? -dijo frotándose los ojos con la voz cansada- Me gustaba preciosa.

Él sonrió divertido.

-Buenos días, preciosa.

-Buenos días. ¿Dormiste?

-Toda la noche -afirmó acariciando su mejilla-

-Yo también. Gracias por no irte.

-No podría. ¿Quieres desayunar?

-No lo sé. No sé si tengo hambre.

-¿Qué te gusta? -dijo acariciando su cabello con delicadeza-

-Tu rostro -afirmó con la cabeza pasando sus dedos por las mejillas del ojiazul-

Jughead rió nerviosamente.

-No, linda. Para desayunar.

Ella se encogió de hombros.

-No sé.

-Tiene que haber algo que te guste.

-No lo sé. No suelo desayunar.

-Linda, no puedes no desayunar.

-Soy pobre.

-Voy a hacerte waffles.

-Sí -sonrió- gracias, Jug.

-¿Te quedas aquí o vienes conmigo?

-Me abrazas un rato más y luego vamos juntos.

-Muy bien, Betts.

Ella levantó la mirada hacia la de él.

-Muy bien, preciosa.