La noche de ese sábado, Betty se maquillaba frente al espejo de su cuarto, mientras Jughead la miraba acostado en la cama.
-¿Estás seguro de que no te molesta que vaya con los chicos?
-Bebé, ya te dije que está bien. Te hará bien, y yo necesito pasar tiempo con Archie. Estaremos bien.
-¿Lo prometes?
-Sí -rió- lo prometo, preciosa.
-Okay.
Jughead la miró de arriba a abajo, sin perderse ni un solo detalle desde sus botas negras, su vestido del mismo color, su labial bordó y su cabello dorado cayendo por sus hombros.
-Te ves preciosa.
Ella sonrió y cubrió su rostro con ambas manos.
-Cierra la boca, idiota.
-¿Sí? -Jughead sonrió- ¿Te sonrojas?
-No me sonrojo, es maquillaje. Cállate, te odio.
Él asintió caminando hacia ella para abrazarla y besar sus labios.
-Espera -Betty volteó a tomar su celular- Le dije a Sweet Pea que le avisaría cuando esté lista.
-Si Sweet Pea te pone una mano encima-
-¿De nuevo?
-Sí, y las veces que sea necesario.
La rubia rodó los ojos y besó su cuello, dejandole una marca perfecta con la forma de sus labios.
-Para que sepan que eres mío.
Él sonrió y la besó una vez más.
-Te amo -susurró cerca de su oido, poniendo ambas manos en su cintura-
-Yo a tí.
-Y eres mía.
-Cierra la boca, Jones, no soy-
-¿Quieres jugar a eso? -Jughead sonrió con superioridad-
Betty se cruzó de brazos mirándolo desafiante.
Él rió con arrogancia y atrapó el cuello de la rubia con su mano derecha. Ella jadeó, con sorpresa.
Acercándose a su oido una vez más, Jughead volvió a susurrar, erizando la piel de Betty.
-De rodillas.
Casi como si hubiera perdido control de su cuerpo, Betty se encontró a si misma mirando a Jughead desde abajo, arrodillada en el suelo, mientras él acariciaba su mejilla mirandola con una pequeña sonrisa.
-Que hermosa.
Cuando el dedo pulgar de Jughead acarició su labio inferior, Betty cerró los ojos, intentando no volverse loca.
-Chupa.
La voz ronca de Jughead cuando le hablaba de esa manera la hacía perder el control por completo ¿Como se supone que alguien se opondría a él así?
Con el dedo del ojiverde en su boca y el resto de su mano sosteniendo su rostro con delicadeza y firmeza a la vez, miró hacia arriba, para conectar sus ojos con los de él.
-¿De quien eres, preciosa?
Ella no respondió, solo siguió chupando.
Arrancando su mano lejos del rostro de Betty, haciendola quejarse sin siquiera darse cuenta, Jughead cruzó sus brazos sobre su pecho mirándola desde arriba.
-Te acabo de hacer una pregunta.
Betty soltó un quejido, un pequeño puchero se formó en sus labios.
-Muy bien.
Ella ni siquiera supo cómo ni cuándo Jughead la lanzó a la cama y levantó su vestido. Su ropa interior de repente ya no estaba y no recordaba cómo. Solo podía ver a Jughead y a la lirada penetrante de sus ojos, en ese momento oscuros.
Claro que era suya, sabía que era suya. Pero ¿Qué tan lejos podía Jughead llegar para probarlo?
-¿Quieres que me detenga? -preguntó cerca de su rostro, quitandole el cabello del rostro-
Betty negó con toda la rapidez del mundo. Él rió.
De inmediato, ella soltó un gemido desesperado al sentirlo entrar en ella de repente, todo de una vez.
-¡Jughead!
-Dios, Betty -dijo en su oido, su voz llena de excitación- Te sientes tan bien.
Al encontrar el ritmo perfecto, penetrandola cada vez más rápido, con más y más fuerza, Jughead decidió detenerse y salir por completo.
-¿Qué haces?
-¿De quien eres?
-Jug-
-¿De quien mierda eres?
-Yo no-
Con algo de enojo, Jughead embistió dentro suyo con fuerza y apretó su cuello, acercándose a su rostro.
-Abre la boca.
La boca de la rubia se abrió inconscientemente. Jughead escupió.
-Traga.
Betty obedeció.
-Si no me respondes no vas a terminar.
-Juggie -se quejó- Fóllame.
-Te follare tal y como tú quieras -susurró en su oido- todo el tiempo que tu quieras, en la posición que más te guste. Solo si dices que eres mía.
Silencio.
Jughead tomó las dos manos de Betty y las puso sobre su cabeza contra la almohada. Entonces, procedió a follarla con tanta fuerza como pudo.
-Voy a detenerme.
-Soy tuya -Betty gimió debajo suyo- soy solo tuya, de nadie más.
Jughead sonrió. Su ritmo solo incrementó. Betty forcejeó un momento y él liberó sus manos sin dejar de moverse. Ella arañó su espalda mientras gemía sin parar en su oído.
Cuando ambos llegaron al climax, Jughead moría por acostarse a su lado y recuperar el aliento.
En su lugar, se dirijo a su cuello y succionó hasta dejar allí dos marcas y una más en su clavícula.
-Para que sepan que eres mía.
Hola son las 6:31 y yo todavia no me dormí asi que escribi este capitulo, denada.
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King of rock 'n roll
Teen FictionJughead Jones, la estrella de rock del momento, causa la separación de su banda al cometer un grave error que cambió el rumbo de su alocada vida, causando su regreso a su ciudad natal, Riverdale, en donde se reencontrará con Betty Cooper, una chica...