Eran las 5 de la mañana cuando Jughead despertó tras una horrible pesadilla.
Miró a su lado y vio a Betty, quien dormía pacíficamente. Su hermoso cabello dorado caía como cascadas sobre la almohada, y su mano derecha estaba tomando la del pelinegro.
La miró por unos minutos.
Ante sus ojos, Betty estaba llena de luz.
Ella era su luz.
Antes de Betty, y después de lo que había pasado en Los Ángeles; Jughead no estaba seguro de si sabía lo que significaba estar vivo. No sabía si había sentido alguno en vivir.
Pero ella le daba algún tipo de significado a todo lo que había sucedido hasta ese momento. Estar con ella sentía como todos los días encontrar una melodía nueva que jamás nadie haya tocado antes. Se sentía como si el mundo, un lugar hostil, enorme, y lleno de peligro, fuera hermoso, solo porque ella está en él.
Al tener ese pensamiento, Jughead se sentó de inmediato. Tenía que comenzar a escribir.
Todo este tiempo había estado buscando la idea para su poema.
El poema estaba en frente suyo.
☆♡☆
Betty despertó. Rayos de sol del amanecer entraban a su habitación, iluminandola con una luz dorada casi angelical. Al abrir los ojos, volteó para abrazar a Jughead.
Él no estaba ahí.
No tuvo que moverse mucho para encontrarlo, él estaba en el escritorio, escribiendo en una hoja con una concentración que ella solo había visto en aquel rostro cuando tocaba la guitarra.
Lo miró por unos minutos. Su cabello negro alborotado, su torso desnudo, iluminado por la luz que entraba por la ventana, y aquellos hermosos ojos color verde azulado, fijados en su escritura.
-Buenos días, Pablo Neruda -dijo la rubia, estirándose- ¿Qué haces levantado? Son las cinco y media.
Jughead volteo a verla, y su expresión se suavizó de inmediato.
-Buenos días, princesa.
-Iugh.
-Buenos días, apestosa. ¿Qué hora es?
-Las cinco y media, Juggie. Vuelve a dormir.
Él miró la hoja una última vez y sonrió levemente.
-Okay.
Se levantó, pero Betty lo detuvo de inmediato.
-Y trae el poema.
-Jamás te dije que-
-Vamos, Jug. Trae el poema.
Él suspiró y tomó la hoja para llevarla y dejarla en la mesa de noche.
-¿Te inspiraste sin razón alguna?
Jughead sonrió acariciando su mejilla.
-Sí. Sin razón.
Ella lo abrazó, cerrando los ojos.
-Descansa, bebé.
-Tú también, Juggie.
Como si sus palabras lo hubieran hechizado, Jughead se durmió de inmediato.
No despertó hasta luego de dos horas. Y al hacerlo, vio a Betty completamente vestida para clase, sentada en la cama, con el poema en sus manos.
Sus ojos estaban vidriosos y había un pequeño puchero en sus labios.
-Mi amor -Jughead dijo adormilado- ¿Qué haces?
-Jug -Betty murmuró- Te amo.
Jughead sonrió.
-Yo te amo a tí, preciosa.
Era un silencio cargado,
un vacío que latía en mi pecho,
como si el mundo girara
sin saber que yo existía.Y entonces, el destello.
No fue suave ni paciente,
fue una marea invadiéndolo todo,
llenando las grietas
de algo más que sombra.No era solo luz.
Era calor en la piel,
una música en los huesos,
un idioma que no sabía hablar,
pero entendía.No me rescató.
Me prendió fuego
y me mostró que arder
también es estar vivo.Desde entonces,
el mundo no es más pequeño,
ni menos cruel,
pero es bello,
porque sé lo que es brillar.LO QUE LLORÉ ESCRIBIENDO ESTO NO NO NO
Y update del chisme obvio:
Nos peleamos porque ME HABLÓ MAL DE UNO DE MIS AMIGOS NONONO Y YO LE DIJE QUE MIERDA ME HABLAS ASI DE MI AMIGO QUE TE PASA
bueno whatever él se enojó porque yo me enojé, no entiendo a los varones (ahre q yo soy varón)
pero me dijo cosas MUY feas y me hizo sentir muy mal asi que ahora mismo no estoy hablando con él
like si piensan que es un pelotudo
y que yo tambien soy un pelotudo basta
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King of rock 'n roll
Teen FictionJughead Jones, la estrella de rock del momento, causa la separación de su banda al cometer un grave error que cambió el rumbo de su alocada vida, causando su regreso a su ciudad natal, Riverdale, en donde se reencontrará con Betty Cooper, una chica...