Blaz, el comerciante

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— Contigo estamos los cinco, ya está por comenzar.

Después de unos cinco minutos eternos, no ocurrió nada. Mabel miró a través del hueco en la madera para evitar ver a Alen con impaciencia. Al parecer, los empleados descargaban la mercancía desde lo más profundo del almacén, oculto en la penumbra. Sus quejas y gruñidos resonaron todo el tiempo mientras hacían su trabajo hasta que, de pronto, se detuvieron. Aunque no podía verlos, Mabel sintió el movimiento de los jugadores dentro de la caja en la que se encontraban, preparándose para iniciar la partida.

— "¡BIENVENIDAS BELLAS DAMAS, APRECIADOS INVITADOS Y BASURA INMUNDA DE REVER! "

Mabel reconoció la voz jovial que se transmitía a través de los altavoces. La había escuchado antes en el autobús 4666.

— "¡Este es su amigo, Fitzgibbon, regresando para otra velada con ustedes! Es un placer dar inicio a la transmisión de La Frecuencia Esmeralda, la radio de Blaz El Grande. ¿No has podido hacerte de tu tesoro por decoro? Blaz El Grande no tiene dichos embrollos y encuentra todo sin demoro. ¡Dientes de oro, el mejor lugar para hacer negocios! Visítanos en tu sucursal más cercana."

Sí, Mabel ya había escuchado esto antes.

"Nuestros adorados participantes de esta noche..." — la sonrisa socarrona de Fitzgibbon se percibía en su voz — "prepárense para la mejor oportunidad de sus vidas. Blaz El Grande da, da y no quita, recupera lo que ni con dedos ni dientes te pudiste aferrar, muy distinto a los cuentos tercos que las bocas necias suelen contar. Frente a ustedes está la oportunidad que ni mil vidas pueden comprar, ¡más les vale saberla aprovechar!"

Alguien resopló dentro de la caja.

"El tiempo de negocios ha terminado, y Blaz El Grande se convierte en el anfitrión y amigo de todos, trayendo para sus incrédulos ojos dos combates asombrosos. ¡Así es, el reto fue aceptado! Hoy, ante ustedes, por primera vez, se enfrenta la cabeza del Clan Vampiro, el señor de la sangre y amo de sus más pecaminosos sueños nocturnos: ¡Sasha Chernov!"

El almacén tembló con tal fuerza que sacudió la caja en la que se hallaban. Mabel tuvo que taparse los oídos ante el estruendoso grito, retrocediendo hasta que su espalda golpeó contra la pared.

 "¡No se desmayen! ¡Cualquiera que pierda la conciencia será despojado de sus pertenencias y lanzado fuera del recinto! ¡Y no tiren sus mugrosos calzones a la arena, basura! ¡Te hablo a ti, Hugo! El Clan Chernov pidió expresamente que fueras vetado, pero solo sigues aquí porque te ofreciste a limpiar gratis. Si dejas de barrer un segundo, las arpías te echarán a la calle" — Fitzgibbon carraspeó y continuó —." Como decía, esta noche, aceptando el reto del Clan Vampiro, asumiendo valientemente la responsabilidad de acostarse con la esposa del señor Chernov, y enfrentando una muerte segura, tenemos nada más y nada menos que a nuestro gato callejero favorito: ¡Runa Lesath!"

El público aplaudió, pero ni de cerca con el entusiasmo mostrado por su contrincante.

 "Sin embargo, recuerden que lo mejor se guarda para el final. Hoy, los favoritos de la audiencia, el dúo dinámico, diabético y divertidísimo de Brava y Nimbo el Mimo, lucharán por el derecho a decidir qué hará su rival cada noche de luna llena a partir de hoy. ¿Qué será lo primero que Brava obligará a hacer a Nimbo esta misma noche? ¡Lo descubriremos más adelante!"

Como era de esperarse, los aplausos, chiflidos y gritos de ánimo sonaron forzados y tensos. La porra no se atrevió a dejar de aplaudir por largo rato, temerosa de lo que pudiera pasar si Nova Brava no se sentía lo suficientemente victoreado. Ellos mismos se habían puesto la vara muy alta al ovacionar a Sasha Chernov con entusiasmo desmedido.

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