El frío fue lo que finalmente la despertó. Un frío que calaba hasta los huesos y entumecía sus músculos. Aunque el satín era bonito y cómodo, había quedado claro que no era una tela capaz de protegerla de los vientos helados que se colaban bajo la cobija. Y eso que estaba arropada; no podía imaginarse cómo la golpearía el clima sin nada más encima. Cuando Lumière dijo que el juego estaba temporalmente suspendido, eso también incluía la sensación térmica. Si lo hubiera sabido antes, habría desvestido a alguien dentro del autobús, pero era demasiado tarde ahora. Lumière se había marchado, y los jugadores ya estaban despiertos y activos, hablando fuera de su pequeño refugio. Escuchar sus voces la puso nerviosa.
— No solo lo escuches, entiende lo que estoy diciendo — exigió una voz irritada.
Era un hombre joven, reconoció Mabel. Quizás debido al golpe a traición que recibió, pensar resultaba doloroso, y le costaba horrores abrir los ojos. Su cabeza palpitaba terriblemente.
— No uses un tono condescendiente conmigo — otra voz masculina, más joven y molesta, chilló.
— Erik, no puedo — la primera persona soltó un quejido.
— Te dije que los ignoraras desde el principio.
— ¡Cielos! ¿No es eso sumamente descortés cuando hay damas tan bellas entre nosotros?
— Te mereces todo lo que te pasa — sentenció el compañero.
— ¡Dejen de hablar como si no estuviéramos frente a ustedes!
— Eddy — otra voz juvenil regaño — déjalos ya, nos vas a meter en problemas.
— ¿Qué problemas? A todos nos conviene saber porque este juego no empieza de una vez. ¡Estamos perdiendo el tiempo!
— Eres bastante corto de miras, ¿verdad? — la primera voz dijo entre dientes.
— Eddy es una persona apasionada — intervino una chica, su voz dulce y conciliadora —. Discúlpalo, por favor. Como puedes ver, con excepción de ustedes, todos los demás somos nuevos. Continuamos, am, un poco aturdidos con toda esta información.
— No tienes que disculparte por él, Joey — la primera voz se suavizó, restando importancia rápidamente — no es por nada en particular, bajo otras circunstancias podrían ir a despertar a un compañero dormido, pero, ahora mismo, es una adorable señorita la que está recostada en esa tienda y no les permitiría a ninguno ustedes, bestias, perturbar el sueño de una dama. Claro que no me estoy refiriendo a las señoritas entre nosotros.
— Tsk — chistó Eddy — ¡Pues deja que una de ellas la levante! ¿Por qué tendríamos que esperar todos a que se despierte?
— ¡Cada partida hay más niños desconsiderados y maleducados! — se quejó la voz — ¿No crees que si pudiera despertar lo habría hecho ya con todo este griterío? ¡Los cuerpos son diferentes y asumen el nuevo entorno de formas diferentes! Además, apurar a una jovencita nunca va a estar bien, zoquete.
— ¡Eres...! — alguien siseó "Eddy" para frenarlo. La respiración del chico se escuchó igual que la de un toro embravecido. Cambió sus palabras para continuar con irritación —. Solo porque es mujer, pero si fuera un hombre...
— Si fuera un hombre guapo tampoco te permitiría hacer nada cerca de esa tienda — lo interrumpió con diversión —. No es cuestión de género, sino de gustos. No me importa lo que hagas con tu vida, pero una belleza no puede ser lastimada por tontos como tú.
— ¡Tú...! — jadeó — ¡Ni siquiera le has visto la cara! ¿Cómo sabes que es una chica guapa?
— Todas las chicas lo son. Además, me gusta su estilo, como una flor delicada; las fresas en su pijama son adorables.
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Rever Arcade
Mistero / ThrillerMabel quería dinero, una casa propia y felicidad. Aceptó entrar al mundo de juegos de Rever Arcade para buscar al hermano perdido de alguien, con la promesa de volverse ridículamente rica al terminar. Sin embargo, no esperaba acabar siendo dueña de...