deja vu

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Capítulo 85:

Las semanas habían pasado, y la vida de Natasha y Charles continuaba, aunque siempre con la presión de la cercanía de la llegada de su hijo. Charles y Max estaban en el paddock, hablando sobre la carrera, mientras Natasha aprovechaba para comprar algunas cosas para la llegada del bebé. Katherine, feliz como siempre, estaba con su papá y su tío, mientras Natasha hacía sus compras, sin imaginar lo que estaba por suceder.

De repente, mientras caminaba entre las tiendas, una figura conocida apareció ante ella. Era Alexandra. Natasha la miró con desconfianza. La presencia de la mujer siempre había causado una sensación extraña en ella, y más aún después de lo ocurrido meses atrás. Alexandra se acercó con una sonrisa forzada, que pronto se desvaneció.

-Hola, Natasha -saludó Alexandra, con tono firme, pero algo nerviosa-. Necesitamos hablar.

Natasha, sorprendida, frunció el ceño y, sin querer entrar en conflicto, respondió con firmeza:

-No tenemos nada de qué hablar, Alexandra.

Pero Alexandra insistió, acercándose más y bajando la voz.

-¿Seguro? Porque quizás Charles no te ha contado todo lo que pasó hace unos meses... -dijo, mirando a Natasha directamente a los ojos.

Natasha la miró confundida, sin saber exactamente a qué se refería.

-¿Qué estás insinuando? -preguntó Natasha, empezando a sentirse incómoda, pero sin querer mostrar su nerviosismo.

Alexandra, viendo que había captado la atención de Natasha, decidió revelar lo que había estado guardando. Sacó su teléfono móvil y le mostró unas fotos, con un gesto desafiante.

-¿No sabías que Charles y yo... nos besamos? -dijo Alexandra, con un tono de desdén. -Fue un beso apasionado. Él me dijo que me extrañaba, que aún pensaba en mí. Estuvimos juntos hace unos meses, Natasha, y me pidió que no se lo contara. Pero ya ves, no puedo quedarme callada.

Natasha, en shock, observaba las fotos que Alexandra le mostraba, su corazón latiendo fuerte en su pecho. No podía procesar lo que escuchaba. Cada palabra parecía perforar su mente. Las imágenes de ese día... el beso, el acercamiento. Todo era una mentira, pero algo en el fondo de ella la hizo dudar, aunque no quería creerlo. La verdad era demasiado dolorosa.

Alexandra no le dio oportunidad a Natasha para responder. La mujer simplemente sonrió con una expresión de triunfo y se dio la vuelta, alejándose rápidamente. Natasha quedó allí, en shock, sintiendo como si el suelo se desmoronara bajo sus pies.

Con el dolor inundando su corazón, Natasha trató de mantenerse en pie, pero su cuerpo comenzó a reaccionar ante la angustia. Un dolor punzante en su abdomen la hizo tambalear. El impacto emocional fue demasiado grande, y ella, incapaz de controlar sus lágrimas, se desplomó en una esquina del centro comercial, sujetándose el vientre.

A solas, en medio de la multitud, Natasha intentó recomponerse, pero el dolor no solo era físico, sino también emocional. Temía por su bebé, sentía que algo no estaba bien, y no podía creer lo que acababa de descubrir. Intentó llamar a Max para pedir ayuda, para hablar con alguien que la pudiera tranquilizar, pero el ruido del paddock era tan fuerte que no escuchó su teléfono. Max estaba ocupado, y Natasha estaba completamente sola.

Desesperada, Natasha intentó calmarse y respirar, sabiendo que no podía quedarme allí para siempre. La angustia la consumía, pero, en lo profundo, sabía que no podía quedarle mucho tiempo para pensar en ello. Necesitaba encontrar la manera de ser fuerte, por ella y por su hijo.

Finalmente, después de unos minutos que parecieron eternos, Natasha se levantó con dificultad, tomando su teléfono en manos temblorosas. Sabía que debía hablar con Charles, pero no sabía cómo enfrentarle. La pregunta de si todo esto era cierto la atormentaba, y aunque trató de calmarse, el dolor seguía presente, tanto en su corazón como en su cuerpo.

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