pasando los meses

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Capítulo 93:

Pasaron los meses, y Alexander fue creciendo rápidamente. Ya estaba balbuceando y comenzaba a gatear, lo que llenaba de alegría a Natasha, Charles y Katherine. Cada día veía cómo su pequeño hijo empezaba a explorar su entorno, con sus ojos curiosos observando todo lo que sucedía a su alrededor. Natasha, con la ternura de una madre orgullosa, pasaba horas jugando con él, mientras Katherine le enseñaba a gatear y le mostraba sus juguetes favoritos.

Charles y Max, por su parte, continuaron con sus vidas en el mundo de la Fórmula 1, pero siempre hacían tiempo para estar con sus familias. Los fines de semana, a menudo se reunían en el paddock para ver las carreras, y Alexander, aunque pequeño, ya comenzaba a tener su primer contacto con el mundo del automovilismo. Charles y Max lo llevaban a los circuitos, siempre orgullosos de presentarlo a sus amigos, y de ver la emoción de Natasha al compartir esos momentos tan especiales juntos.

El paddock estaba lleno de actividad, pero para Natasha, esos momentos junto a su familia eran los más importantes. Ver a Alexander mirar con curiosidad los coches, mientras Max y Charles hablaban con los pilotos y el equipo, hacía que todo fuera aún más mágico. A veces, cuando no había tantas carreras o entrenamientos, los dos se acercaban a Natasha, y ella se tomaba un respiro para disfrutar de la vista de su hijo rodeado de gente que lo quería.

Un día, mientras estaban en uno de los eventos, Charles estaba hablando con Lewis Hamilton sobre la temporada, cuando Max se acercó a Natasha, quien estaba jugando con Alexander en una zona tranquila del paddock.

-Mira, hermana... ya está casi listo para ser piloto de Fórmula 1, ¿verdad? -dijo Max en tono de broma, mientras se agachaba a jugar con Alexander, que estaba gateando rápidamente hacia él.
Natasha, riendo, miró a su hermano.

-No lo sé, pero si le gusta tanto como a ustedes, puede que sí. Aunque prefiero que tenga un futuro donde no se preocupe tanto por las velocidades... -respondió, sonriendo con cariño mientras observaba a Alexander, que estaba muy entretenido con Max.
Charles, al oír la conversación, se acercó con una sonrisa divertida.

-Alexander tiene mucho tiempo para decidirlo. Pero, con estos dos, seguro que le contagian la pasión por las carreras. -dijo, mirando a Max y luego a su hijo con un brillo en los ojos.

-¡Definitivamente! -agregó Max, con una risa traviesa. - Y si llega a decidirse por otro camino, por lo menos tendrá un gran grupo de apoyo. -se encogió de hombros mientras observaba a Alexander tomar su primer paso tambaleante hacia él.

Los días seguían pasando, y cada vez que Charles y Max llevaban a sus familias al paddock, era una pequeña tradición que todos compartían. Las carreras, los coches, las estrategias... todo eso formaba parte del mundo de Charles y Max, pero para Natasha, los momentos que pasaba con su familia eran los más valiosos.

Uno de esos días, mientras Charles y Max discutían sobre los tiempos de clasificación, Natasha estaba en el backstage con Katherine, viendo cómo Alexander jugaba con un coche de juguete. Los pequeños detalles, las risas y el amor que compartían en esos momentos tranquilos se sentían más significativos que nunca.

Max, al notar lo feliz que estaba Natasha, se acercó y la abrazó, mirando a su sobrino con una sonrisa cómplice.

-Me alegra verlos así. Alexander está creciendo tan rápido, y verlos juntos, felices, es lo que más importa. -dijo Max, su voz suave pero llena de amor.

Natasha, mirando a su hijo con ternura, asintió.

-Tienes razón, Max. Estos son los momentos que más atesoro. -respondió, sin dejar de mirar a Alexander, que estaba fascinando a todos con su energía y su risa.

A medida que los meses continuaban, la vida de Natasha y su familia parecía haberse encontrado en un balance perfecto, lleno de momentos simples y felices. Aunque la vida les había presentado desafíos, ahora podían ver que todo lo que habían pasado juntos había valido la pena. Alexander, aunque aún tan pequeño, ya era el centro de todo, un recordatorio constante de que, al final, la familia lo era todo. Y con Max, Charles, Katherine y su pequeño bebé, Natasha sentía que finalmente todo encajaba.

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