Capítulo 1:
El circuito de Mónaco estaba lleno de vida. El glamour, las luces y el rugido de los motores hacían vibrar el ambiente. Entre la multitud, una figura femenina avanzaba con paso firme, pero cada paso le recordaba los años de distancia que la separaban de su hermano. Natasha Verstappen, con su elegante vestido negro y su mirada decidida, estaba de vuelta en el mundo que había dejado atrás.
Max Verstappen estaba en medio de una reunión con su equipo, discutiendo estrategias para la carrera. Cuando levantó la vista y la vio, su expresión cambió por completo. Sin preocuparse por las miradas curiosas, caminó hacia ella.
—¡Natasha! —gritó, abrazándola fuertemente.
—Hola, Max —respondió ella, intentando mantener la compostura mientras sentía el calor de su hermano después de tanto tiempo.
Max la miró con sorpresa y emoción.
—No puedo creer que estés aquí. ¿Por qué no me dijiste que venías?
—Quería darte una sorpresa —dijo Natasha, con una sonrisa tímida.
Pero bajo esa sonrisa, natasha escondía un secreto, uno que había cargado durante años. Decidida a no dejar que ese dolor la dominara, había regresado para reconciliarse con su hermano y, quizás, consigo misma.
—pues si que lo has conseguido enana —dijo max acariciándole el cabello como solía hacerlo cuando eran chicos.
—max! Tienes que responderle a la prensa después de la carrera o te sancionarán —hablo christian Horner.
—me da mucha alegría verte natasha, has crecido mucho ya no te vuelvas a desaparecer — le dijo christian.
—de crecer crecer no ah sucedido —se burlo max.
—tan gracioso hermanito igual te quiero —natasha abrazando a max
Natasha soltó una risa suave, pero su mirada reflejaba la complejidad de sus emociones. Max, sin embargo, no se percató de ello, envuelto en la felicidad de tener a su hermana de vuelta.
—Ven, acompáñame a la sala de prensa. No quiero perderte de vista ni un segundo —dijo Max, guiándola con una mano en su hombro.
Christian Horner los siguió con una sonrisa, observando con curiosidad la interacción entre los hermanos. Mientras caminaban, Natasha aprovechó el momento para mirar a su alrededor, recordando las memorias de las carreras pasadas, las emociones, los sacrificios.
Entraron en la sala de prensa, donde los flashes de las cámaras no tardaron en iluminar el rostro de Max. Natasha se quedó en el fondo, observando cómo su hermano se desenvolvía con confianza ante los periodistas. Sin embargo, su mente estaba en otro lugar.
"¿Será este el momento adecuado para contarle a Max?", pensó Natasha, mientras su corazón latía con fuerza. Sabía que su regreso no solo significaba una reconciliación, sino también enfrentar el motivo real por el que había regresado.
Después de responder las preguntas de la prensa, Max regresó rápidamente a su lado.
—¿Estás bien? —preguntó, notando un destello de preocupación en los ojos de Natasha.
—Sí, solo estoy un poco cansada —mintió ella, intentando sonar convincente.
Max la observó por un momento, pero decidió no presionar.
—Entonces, vamos a cenar. Quiero escuchar todo lo que has estado haciendo estos años.
Natasha asintió, sabiendo que el tiempo para la verdad se acercaba, pero no estaba segura de cómo Max reaccionaría cuando descubriera el secreto que había guardado tanto tiempo.
El restaurante elegido por Max era un lugar elegante, con vistas al puerto de Mónaco. Las luces de los yates reflejaban un brillo tenue sobre las aguas tranquilas. Max y Natasha se sentaron en una mesa cerca de la ventana, el ambiente íntimo permitiendo una conversación más sincera.
—Entonces, cuéntame, ¿dónde has estado todo este tiempo? —preguntó Max mientras ojeaba el menú.
Natasha tomó un sorbo de agua, buscando las palabras correctas.
—He estado en muchos lugares, viajando, tratando de encontrar mi camino... —respondió, su voz bajando ligeramente al final.
Max frunció el ceño, percibiendo la evasión en su respuesta.
—¿Por qué nunca llamaste? —insistió, con un tono más serio.
—pronto hablaremos de eso max, por el momento disfrutemos la cena y nuestra compañía, te extrañaba —lo mira sonriendo.
—Sabes —dijo Max mientras cortaba su filete—, mañana hay un evento con varios pilotos. Me encantaría presentarte a mis amigos. Creo que te llevarías bien con ellos.
Natasha levantó una ceja, divertida.
—¿Amigos de carrera? ¿No se supone que todos ustedes son rivales despiadados?
Max rió, sacudiendo la cabeza.
—Sí, en la pista somos rivales, pero fuera de ella, hay un grupo con el que realmente he formado una buena relación. Además, todos están curiosos por conocerte. Les he hablado de ti alguna vez.
—¿Ah, sí? —preguntó Natasha con una sonrisa—. ¿Y qué les has dicho?
—Que tengo una hermana increíblemente fuerte y testaruda —bromeó Max, guiñándole un ojo.
Natasha rió, sintiendo un calor en el pecho. Era reconfortante ver a Max tan relajado y dispuesto a incluirla en su mundo.
—Bueno, entonces no puedo esperar para conocerlos —respondió con entusiasmo—. Pero no me culpes si termino robándote el protagonismo.
—Oh, lo dudo mucho —dijo Max, riendo—. Pero será divertido verte intentarlo.
La cena continuó entre risas y conversaciones, y por primera vez en mucho tiempo, Natasha sintió que pertenecía a ese mundo otra vez. Mañana sería otro día, lleno de nuevas oportunidades, y estaba lista para enfrentarlo junto a su hermano.
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CORAZONES EN LA PISTA
Fiksi RemajaEn el apasionante mundo de la Fórmula 1, donde cada segundo cuenta y la velocidad lo es todo, Natasha Verstappen regresa tras años de ausencia para reencontrarse con su hermano, Max Verstappen. Pero su regreso al paddock no es solo por nostalgia; Na...