10. Advertencias e impertinencias

1.5K 115 28
                                    

-¿Qué sucede? -pregunté e innediatamente me incliné como respeto. No me malinterpretéis, era un honor estar frente a los dioses, pero sus caras no reflejaban nada bueno.

-He tenido una visión de tu futuro -la voz del dios del sol sonaba apagada.

-¿Dónde has estado, Aura? No te he podido ver en todo Nueva York -me dijo Zeus con el ceño ligeramente fruncido.

No sabía si contarles mi descubrimiento, pero la entonación del señor de los cielos me asustó lo suficiente para hacerlo.

Les conté cómo había perseguido a Leroy, mi encuentro con los Kane y su preocupación ello, y el descubrimiento de la Casa de la Vida. Omitías las palabras de desconfianza hacia los dioses, ya estaban bastante enfadados.


-No volverás a ir allí -me ordenó Zeus al acabar.

-¡Pero señor, allí hay muchachos que hacen magia! Podrían ayudarnos, podríamos aprender de ellos y nosotros enseñarles -repliqué.

-Escucha atentamente, mestiza. Ese territorio está prohibido, al igual que hablar con esos magos. Fue una decisión que se tomó mucho antes de los inicios de la humanidad para evitar guerras entre naciones y conflictos entre deidades -explicó.

-¿Ya lo sabíais? -cuestioné molesta.

-Sí, Aura. Haznos caso por esta vez y no vayas de nuevo -me advirtió mi padre suavemente y preocupado.

Los dos dioses mayores y Apolo desaparecieron en un destello.

-Tienes una vida amorosa muy interesante por delante -me dijo Afrodita enigmática-. ¿Te gusta alguien?

-¿No? -dije incómoda ante la mirada de la diosa. Salió como una pregunta.

-Ya te pasará -de nuevo, esa mirada intensa como la de Artemisa. Parecían saber algo que yo no-. Recuerda: el amor es la magia más poderosa.

Creo que me guiñó un ojo antes de desaparecer.

-Antes de marcharme -comentó la diosa de la Luna- debes saber que la bendición tiene muchas ventajas, no solo agilidad y velocidad en el arco. Y te servirá en todas partes.

-¿Qué ventajas? -pregunté encarándola de frente. Su piel comenzó a tener un ligero brillo.

-Las descubrirás con el tiempo... -asintió seria y yo me tapé los ojos de nuevo al saber que iba a desaparecer.

Estaba furiosa. Muy furiosa. Porque todos los dioses, que hasta lo que yo sabía no se preocupaban demasiado por nosotros, nos ocultaban muchas más cosas de las pensadas. Pero sobre todo porque daba la impresión de que comenzaban malas señales. Y las últimas malas señales acabaron en guerra. 

* * * *

A pesar de las órdenes estrictas sobre no ir a la Casa de la Vida, acompañé a mi amiga Cara hasta allí. En el camino no paraba de preguntar sobre Leroy, y yo tuve que echarle imaginación e inventarme excusas para no hablar del tema hasta saber si era o no una maga.

-Es aquí -me paré justo en la entrada.

-Genial... -dijo con la boca abierta mirando a la mansión- ¿Voy a vivir aquí o algo?

Entre mundos. La nueva era de los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora