52. Hombres...

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Me tumbó despacio en la cama y me acarició las piernas, haciendo desaparecer mi pantalón. Enrojecí, aún no me acostumbraba a esto. Me quitó la camiseta y empezó a besar profundamente mi tripa. Yo arqueaba la espalda sin poder evitarlo.

De repente sentí frío y, al mirar, él tenía la piel azul de nuevo y estaba en contacto con mi abdomen, provocándome muchas sensaciones indescriptibles.

Se acabó de quitar la ropa y se situó sobre mí. Solté un pequeño gemido al sentir la intrusión, ahora a temperatura normal, que él acalló con un dulce beso.

El vaivén empezó suave pero aumentó, perdiéndonos en el otro. Por suerte el hechizo cubría el ruido. Cada parte de mi piel en contacto con la suya ardía. Agarré fuertemente las sábanas tiempo después y grité su nombre.

Normalizamos nuestras respiraciones y me tumbé sobre su pecho, quedándome dormida mientras me acariciaba suavemente la espalda.

* * * *

Abrí los ojos e incliné ligeramente la cabeza, Loki estaba dormido debajo de mí. Sonreí al pensar que era todo mío y mi corazón se ensanchó. Le detallé, resultaba un ángel cuando dormía... pero ya era por la mañana, y había que levantarse. Me deslicé con cuidado y pasé mis labios por su nariz y su mejilla. Él se removió y abrió los ojos.

-Buenos días -susurré en su oído de forma, curiosamente, seductora.

-Veo que esta vez te has despertado antes que yo -susurró, sonreí y besé su oreja y su cuello. Bajé hasta su pecho con besos mientras le escuchaba respirar.

Unos golpes en la puerta hicieron que ambos nos mirásemos.

-¿Aura? ¿Aura me oyes? -era la voz de Steve- ¡Aura responde!

Miré a mi compañero temiendo que el hechizo se hubiera roto, pero él sólo tenía una sonrisa maléfica que me ponía más nerviosa. Tocó mi espalda y en un parpadeo, estábamos ambos de pie y completamente vestidos, él con una camiseta marrón y pantalones holgados. Negué con la cabeza y fui a abrir mientras se ocultaba.

-¿Qué pasa, Steve?

-Aura... Creía que te había pasado algo. Anoche no cenaste ni respondiste cuando te llamé desde la puerta -explicó algo aliviado.

-Estaba... cansada -inventé.

-Vamos a desayunar todos a las nueve, si quieres venir... -sugirió.

-Ahora bajo -sonreí y cerré la puerta, resoplando.

-Ha faltado poco. Rogers siempre metiéndose donde no le llaman -dijo Loki apoyando su pecho en mi espalda y la cabeza entre mi pelo.

-¡No seas cruel! Se preocupa como un buen amigo. Me voy a bañar, no hagas travesuras -intenté no reírme y entré al baño. Aproveché para lavarme los dientes y luego me quité la ropa y entré en la bañera una vez llena con agua caliente.

Agradecí el silencio por un rato. Me estaba frotando los brazos con los ojos cerrados cuando unas manos me acariciaron los hombros. Levanté la cabeza.

-¡Loki! ¡Es privado! -intenté taparme un poco, pero no lo conseguí. Seguro que estaba muy roja. Además de que... bueno... él... no llevaba nada.

-¿Tienes vergüenza? ¿Ahora? -preguntó divertido. Notaba la cara arder. Me ignoró y entró en la bañera, poniéndose detrás mío.

-Lo nuestro no le hará mucha gracia a Odín -dije y después solté un suspiro al sentir su respiración en mi cuello.

-¿Quién dice que se tiene que enterar? -dijo seductoramente en mi oído mientras acariciaba mi tripa. Se rió de forma suave y siguió dejando un rastro de besos por mi piel mientras frotaba mi cabello.

* * * *

-¿Para qué me buscabas? -pregunté a Steve nada más entrar en la ventana que daba a la celda de Loki. Habló Thor.

-Mi hermano no fue el que os atacó -«¡No me digas, genio!», pensé-. Estaba practicando magia, varias personas lo vieron. Le llevaré de vuelta a Asgard.

-Fuera quien fuera, lo cogeremos -le dije con confianza.

-¡PERO SI HA VUELTO LA SIRENITA!

-Stark... -advertí.

-Tenemos que hablar de algunas cosas -dijo mientras me llevaba a la calle a la fuerza y dejaba a Thor y a Steve con la cara más confusa que yo.

* * * *

-Muy bien, a menos que quieras que me entere por mis medios, que son muchos, dime dónde estabas -dijo Tony sentándose en la silla del despacho de su torre.

-Mírate el cerebro, Stark, creo que el reactor te está afectando a las neuronas -respondí burlona.

-Déjate de juegos, jovencita, y respóndeme -ordenó serio.

-¿Jovencita? Mis narices -aclaré molesta-. Y deja de hablar como mi padre, porque no lo eres. Ahora, si no le importa al señor, tengo cosas que hacer -me giré y caminé hacia la puerta con aire altivo y orgulloso, estar con Loki me afectaba.

-¡JARVIS! Enséñame las imágenes de nuevo. Ponlas en la pantalla -me paré en seco. ¿Qué imágenes?

Al girarme y ver la pantalla casi me da un ataque. Toda la conversación que tuve anoche con Loki estaba grabada y reproduciéndose en la televisión. Esperaba que sólo la conversación.

-Lo siento, srta. Wall, no tuve otro remedio -dijo la voz mecánica de JARVIS.

-Traidor... -mascullé enfadada.

-¡Bien! ¿Qué quieres que haga? ¿Voy a por Furia y le cuento todo o me explicas las cosas? Aunque yo las veo muy claras -dijo mirando a la pantalla.

-¡Apaga eso! -exigí muerta de vergüenza- ¡Vale, sí! ¡Estoy con Loki! ¡Pero no lo entenderías! Es diferente a lo que pensáis. No es un loco... Cuida de mí y... me protege. Es atento, cariñoso y aunque puede ser algo... temperamental -suspiré-, no es malo Tony -expliqué con una pequeña sonrisa.

-¿Te han dicho las muertes que ha causado por "ser temperamental"? -hizo comillas con los dedos.

-Lo sé, pero... en el fondo no es una mala persona.

-Entiendo... -dijo mirándome- ¿Desde cuándo estás enamorada?

-¿Qué?

-¡Vamos! Se te nota a leguas, estás coladita por el papá de Bambi -dijo de forma muy infantil para mi gusto, moví la vista algo nerviosa-. Allá tú -le restó importancia-, eres mayorcita para que sea tu canguro. Más os vale no meteros en líos y no meterme a mí, no quiero tener que vérmelas con Furia -me advirtió.

-Gracias, Tony, eres el mejor -le abracé.

-Sí, sí, cuidado con mi camisa, que es de marca -me echó a un lado y se la alisó.

-Hombres... -negué con la cabeza.

Entre mundos. La nueva era de los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora