38. Una bella sorpresa

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Llegué a Asgard y me dirigí al patio, precavida. Al llegar, él estaba esperándome. Iba con un traje distinto, pero le quedaba bien. Se dio la vuelta y me vio.

-¿Preparada? -llevaba un trapo en la mano derecha.

-¿Qué... vas a hacer? -le pregunté. mientras me tapaba los ojos.

-Confía en mí -sus manos al rozar mi piel me dieron una descarga eléctrica en mi espalda, me cogió de las manos y me sujetó-. No te muevas. Pase lo que pase, no te muevas ni me sueltes -susurró cerca.

Sentí cómo mis pies ya no tocaban el suelo. Era como estar en una montaña rusa, esa subida y luego esa bajada de golpe. En cuestión de segundos, volví a sentir tierra debajo.

-¿Qué...?

-Espera -me tiró un poco de la mano, incitándome a andar-. Cuidado con el suelo.

Sentía la tierra blanda pero con hierba rozando mis bailarinas. Llevaba un vestido corto, mala elección para el otoño, pero no hacía nada de frío o viento salvo el que he sentido al "volar". Me detuvo quién sabe dónde y se colocó detrás mío.

-¿Lista? -asentí. Me quitó la venda de los ojos y mis ojos se abrieron.

Un maravilloso lago se expandía delante. Todo eran árboles altos y el tronco de un árbol lo atravesaba a modo de puente. Parecía tener estrellas en él. Era de noche y estaba oscuro, pero una especie de luciérnagas verdosas volaban dando algo de luz y creando un ambiente de cuento de hadas.

-¿Dónde estamos? -le pregunté al girarme.

-En una zona de Asgard que pocos conocen. Pensé que te gustaría. Ya te dije que podía teletransportarme -miré hacia la noche sorprendida.

-¿Seguro que esto es real? Es tan... mágico -Loki rió levemente.

-Sí, no estás soñando.

NARRADOR OMNISCIENTE

El príncipe se quitó un poco de su traje para quedar más cómodo.
La chica le vio y se sonrojó.

-¿Qué haces? -únicamente una camiseta y unos pantalones le cubrían, entonces agarró suavemente a la joven de la muñeca y tiró de ella para entrar despacio al agua- ¡¿Qué?! ¡P-pero estoy vestida!

-Yo también -contestó. La chica se resistió un poco, pero al final entró al agua.

-Está... templada. ¿Aquí es otoño?

-No exactamente -rió el asgardiano-. Nuestras estaciones son algo distintas. El "otoño" aquí es suave y cálido, como la primavera. El invierno es frío, y el verano es cálido.

Aura se sintió bien dentro de su elemento, y recordó que si quería, no se mojaría, pero necesitaba sentir el roce del agua en su piel. Se sumergió entera y buceó un poco en el estanque.

POV LOKI

Al emerger del agua, las gotas le caían por el rostro y el pelo. Se veía muy bella. Sus ojos tenían gotas en las pestañas que la hacían ver maravillosa y sus mejillas estaban un poco sonrosadas.

Miró hacia el cielo y seguí su mirada. Infinitas estrellas se hallaban sobre nosotros y se reflejaban en el agua. Aura miraba todo de una forma inocente que adoraba. La forma en que sus ojos brillan a la luz de la luna... su boca entreabierta por la sorpresa... sus labios rojos y suaves...
Bajó la mirada y me miró a mí.

-¿No son preciosas? -sonrió.

-Hay algo más precioso ahora.

-¿El qué? -preguntó desconcertada.

-Tú... -susurré. Me acerqué despacio y ella me miraba a los ojos. No lo podía evitar, lo necesitaba.

La besé... y ella me correspondió. Fue un beso lento, sin prisa. Ahora solo estábamos nosotros. Ni Heimdall, ni Odín, ni Thor importaban. Sólo ella.

POV AURA

Sus manos recorrían mi cintura y mi espalda, y sus labios... no quería parar de besarlos. Nos separamos por falta de aire, con las respiraciones agitadas y yo sintiendo calor en la cara. Era tan dulce... Me costaba creer que fuese el mismo del que me habían hablado.

Sus ojos eran de un esmeralda profundo y su pelo negro tenía gotas de agua que brillaban y le hacían ver irresistible. «¡Oh, vamos! ¿Para qué negarlo? Te gusta», me dijo mi conciencia.

¡Al infierno Zeus y sus malditas leyes! ¡Al infierno Thor, y Furia, y SHIELD! Me gustaba Loki. Me encantaba ese estúpido príncipe engreído, pero tan romántico y dulce...

Puse mi mano en su pecho y me apoyé, él sólo me rodeó con sus brazos. Me sentía a salvo a su lado... como si los problemas de alrededor se esfumasen...

Nos alejamos y nos fuimos a la orilla, pero antes de llegar, me cogió de la cintura por sorpresa y me sumergió con él. Debajo del agua, me dio otro beso. Suerte que ambos podíamos respirar gracias a mí.

Salimos del agua y, esta vez sí, llegamos a la orilla. Cogí mis zapatos y nos vestimos como pudimos, ya que estábamos mojados y mi mente no quería obedecer a la orden de "seca".

Me dejó en la puerta de mi apartamento, era casi de día. ¿Había diferencia horaria entre mundos?
Estaba tiritando y él lo notó. Cogió una parte de su traje y me la puso por encima como un caballero.

-G-gracias -dije tímida.

-¿Te... ha gustado? -preguntó dudoso, asentí.

-Ha sido precioso. De verdad, gracias -sonrió y en un pestañeo, desapareció. Entré a mi habitación y pensé que igual no me descubrían.

Me equivoqué.

Cara, que había dormido con nosotras esa noche, se despertó y me vio. Por suerte dejé el traje antes de que lo viera.

-¿Aura, dónde has estado? Me tenías preocupada. ¡Son las siete de la mañana! -me reprendió, pero paró de golpe- ¿Por qué estás... mojada? -me miró con cara extraña.

-Emm... Yo... -titubeé- Vengo de... la calle. Está lloviendo -miró por la ventana.

-No, qué va -negó. «¡Pillada!», cantaba mi conciencia.

-¡Ah! ¿Ya no llueve? Hace un rato estaba cayendo el Diluvio Universal -mentí, pero exageré demasiado.

Vale, era una excusa horrible, ¿pero qué queríais que dijese? ¡Eh, hola Cara! Sí, vengo de besarme con el hermano de Thor. ¡Sí, ese que casi destruye Nueva York y el mundo entero! ¡Ese al que me han prohibido ver y es taaaan peligroso!

Hasta a mí me daría un ataque si me dijeran eso. Aunque parecía que a mi amiga le iba a dar uno.

Entre mundos. La nueva era de los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora