Entre mundos. La nueva era de los dioses

77. Algo de esperanza

-¿Qué te ha pasado? -pregunté con miedo mientras la abrazaba, tenía un aspecto horrible y siniestro.

-Alguien me raptó cuando volvía de darte el botiquín -recordé el momento exacto, acabábamos de volver de ese ataque de salvajes en SHIELD que había provocado Dobrai y tuve que curarle las heridas a Loki en su habitación.

-Pero... de eso hace mucho -pensé en alto.

-No me acuerdo -su hermano se acercó a consolarla-. Yo... Alguien me arrastró a una esquina. Intenté defenderme, pero era más fuerte y no... M-me puso algo en la cabeza y me... encerró en otro lugar s-sin comida... -la voz le temblaba.

-Tranquila, ya estás en casa -Frey la abrazó-. Está asustada -me aclaró. ¿Cómo no estarlo?

-Señor -le dijo un guardia al rey-, había un hombre inconsciente junto a ellos.

-Tráiganmelo de inmediato -ordenó, el asgardiano se retiró con una reverencia.

Miré a Loki preocupada y me acerqué a él, pero no me miró. Estaba pensativo. Por las puertas pasaron dos guardias arrastrando el cuerpo de Dobrai hasta estar a mi lado.

-¡¿Se puede saber qué hace mi general de confianza desmayado y con sangre en la boca?! -gritó Frey asustando a su melliza.

Pero... no se asustó por eso. Su cara empalideció y caminó lentamente hacia atrás con los ojos desorbitados.

-Es él... Es el que vi... -le señaló- ¡Él me secuestró! ¡Que se vaya! ¡Sacadlo de aquí! ¡Que se vaya! -gritó con miedo. El rey ordenó con la mano sacarlo hasta que se calmara, los murmullos se hicieron presentes.

-¿Qué ha pasado? -preguntó Thor ante el silencio de su padre.

-Creo que tu general de confianza no ha resultado ser de tanta confianza -respondió Loki mirando a Frey y sonriendo cínicamente. Los murmullos aumentaron.

-Fue una trampa -le relevé-. Hizo que me atacara aquella criatura -miré al señor de Alfheim- y metió a los salvajes en SHIELD -miré a Thor, boquiabierto-. Ha confesado que el veneno se lo dio alguien junto a unos... poderes -fruncí el ceño.

-¿Quién? -preguntó Frey, Freya había salido acompañada de una dama y de la reina. Era mejor, no era agradable pasar por algo como esto. No me lo quería ni imaginar.

Iba a contestar, pero Loki me miró y negó sutilmente con la cabeza. No sé si alguien más lo notó, pero... había algo raro ahí... algo que aún no me había contado. Y lo iba a averiguar.

-No lo mencionó -respondió él.

-Silencio -se pronunció Odín en tono alto, él levantó la barbilla con arrogancia.

-Aura -dijo mi padre con un tono severo que no había usado antes conmigo-, volvamos a casa. Ahora -le miré.

-Estoy en ella, papá.

-No, no lo estás. Es hora de que dejes de lado este lugar y vuelvas al campamento.

-¡Papá, por favor, déjame quedarme! ¡Esta es mi casa ahora, no el campamento! ¡Estoy bien aquí! ¡En Long Island me siento... encarcelada! -sí, esa era la palabra exacta- No puedo ver mucho más allá de las fronteras. Y dentro, la gente me mira mal. Me siento... un bicho raro -todos me miraron callados.

-Tu padre tiene razón -miré a Odín y él se levantó-, tu sitio no está aquí. Puede que él te lo haya hecho creer -le lanzó una mirada fría y enfadada a Loki y él otra de vuelta-, pero el tratado de las Leyes Antiguas prohíbe estrictamente el contacto entre distintos panteones.

-No me lo puedo creer... -susurré- Todo esto no tiene nada que ver con las leyes, es por él -miré al ojiverde.

-Aura, basta -ordenó Poseidón.

-¡No, papá! ¡No basta! -contesté- Tú me dijiste que debía decidir bien llegado el momento. ¡Ni siquiera ves que ahora es ese momento! -noté una mirada a mis espaldas- Si hay algo que he aprendido es a luchar por lo que amas y no rendirte... pase lo que pase... -me giré hacia la multitud, oyendo muchos murmullos nerviosos.

-Muchos de vosotros creéis que estoy siendo manipulada, pero la verdad es... que no lo estoy. Sé que Loki ha cometido muchos errores... que ha destruido familias y ha matado a mucha gente -algunas cabezas asintieron de acuerdo-. Pero si hay algo que tenemos los humanos... es esperanza. Y es algo... maravilloso -dije con una pequeña risa-. Yo tengo esperanza en que la gente puede cambiar -me giré para verle-. Nadie es perfecto... pero yo espero que el pasado se olvide -me acerqué a Loki mientras me miraba sin apartar sus ojos de mí-. Puede que... sólo necesitemos algo de fe -entrelacé nuestras manos y le miré a los ojos-. Al fin y al cabo, todos cometemos errores. Pero hay que perdonarlos... y mirar hacia delante.

Me quedé mirando esos ojos hipnóticos. Él sonrió y yo también, el corazón me latía más que nunca. Me había demostrado tantas veces su amor, que ya no dudaba ni un segundo.

Me volví hacia los dos dioses en el trono sin soltar sus manos.

-Si realmente quieres quedarte... -Odín miró a Poseidón y luego a mí- ...no podrás hablar con tu padre y deberás tener la mínima conexión con todo el mundo griego. Mantendrás tus poderes, pero no deberás ver a tu hermano ni a tus amigos... en ese territorio.

-¿Es eso lo que quieres? -preguntó mi padre triste, agaché mi cabeza. Debía dejar atrás todas mis raíces... a mi padre... a mi hermano y mis amigos...

Solté la mano de Loki y le miré entristecida, ya lo había decidido. Lo había hecho hace mucho. Me acerqué a Poseidón y le abracé muy fuerte.

-Dile a Percy... que le echaré de menos -susurré llorosa-. Te quiero, papá.

-Estoy orgulloso de tí. No olvides quién eres -me dijo antes de soltarme y convertirse en agua que resbaló hasta la ventana y desapareció.

Se me escapó una lágrima y me la limpié enseguida. Miré a Loki, que tenía la cabeza en el suelo y sin esposas, al fin. Me acerqué a él lentamente y le cogí la mano. Ambos levantamos la mirada antes de sonreír.

La multitud ya no estaba y sólo quedaba Odín con una mirada extraña para Loki. Ambos asintieron y Thor vino directo a darnos una palmada amistosa y una enorme sonrisa.