37. Reuniones de equipo

823 42 0
                                    

Estaba desayunando cuando llamaron a la puerta. Al abrir me encontré a Cara.

-Hola.

-¡Hola! ¿Lista? -miré mi pijama y la mesa de la cocina con los restos del desayuno- Mmm... Ya veo que no. ¡Esperaré! ¿Puedo pasar?

-Adelante, milady -me reí, nos sentamos un rato hasta que acabé de recoger-. Bueno, me voy a vestir.

Me metí en mi habitación y cerré la puerta. Al girarme, vi la nota y lo recordé todo. Sonreí como una boba, para qué negarlo. Respiré profundo para controlar mis nervios, me vestí rápido y salí.

-¿Te pasa algo? Estás muy... feliz.

-¿Qué? ¡No, no! Estoy bien. La que está feliz eres tú. ¿Qué has hecho? -mi conciencia puso la mano en la frente.

-¿Valeeee...? Da igual. ¿Vamos? Tenemos que ver vestidos para la fiesta.

-¿Fiesta? ¿Qué fiesta? -pregunté con la frente fruncida.

-¡Ah! ¿No te lo he dicho? Habrá una fiesta en el campamento por el equinoccio de otoño y tenemos que ir de fiesta, por supuesto. ¡Y vas a ir! -me señaló como advertencia.

-¡Pero si les saco a todos... -hice cuentas con los dedos- ...años! -me quejé como una niña.

-Da igual. Vendrás conmigo.

-Vale... -suspiré, no serviría discutir- ¿Cuándo es?

-Pasado mañana -respondió sonriente.

-Genial... -dije sin mucho ánimo, si a esas fiestas no llevabas pareja te podías aburrir mucho. Decidí ver lo positivo, así vería a mis amigos.

* * * *

-¡Este me gusta! -gritó Cara yendo a un lado de la tienda, llevábamos así dos horas y me empezaban a doler los pies- ¿Y este? ¡Uy, ese me llama a gritos!

-Vale, ya está, Cara -la frené, comenzaba a impacientarme-. Escoge uno y vámonos.

-Pero, ¿y el tuyo? -señalé la bolsa gigante ya pagada que tenía en el brazo y ella sonrió avergonzada y dijo un: oh. Rodé los ojos. Salimos de allí cada una con un vestido y nos encontramos a alguien a la salida.

-¿Steve?

-¿Aura? -se sorprendió- ¿Qué haces aquí?

-Estoy de compras -intenté no reírme, era bastante obvio-. ¿Y tú?

-Necesitaba pasear un poco. ¿Quién es tu amiga?

-¡Eso! -me replicó mi amiga, por poco le saco la lengua.

-Ella es Cara. Cara, él es Steve...

-Sí, el capitán. Tony me ha hablado de tí. ¡Eres increíble! -me cortó. Steve me miró como si estuviera loca y yo me encogí de hombros.

-Nos vemos luego. Adiós, Aura.

-Hasta luego, Steve -se fue y miré a Cara, que tenía una mirada picante-. No... ¡No, no, no...!

-¡Le gustas! -chilló emocionada agitando las manos.

-¡Caraaaa! Baja la voz -le tapé la boca, la gente nos estaba mirando. Ella soltó una risita.

-¿Por eso estabas tan rara hoy? -me preguntó mientras caminábamos con las bolsas para coger un taxi.

-No, no tiene nada que ver.

Entre mundos. La nueva era de los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora