51. Un juego peligroso

559 40 1
                                    

-¿Por qué está él aquí? -preguntó Steve a Furia con desprecio.

-No te lo preguntaré más, dinos qué hacías en Midgard de nuevo -preguntó Thor sin dar tiempo a responder a Rogers.

-¿Acaso tu cerebro no alcanza a asimilar que no fui yo? -respondió frío, verle hablar con esa voz me asustaba. Quería irme, pero eso daría sospechas, así que disimulé mi sorpresa.

-Se han registrado restos de energía de otro lugar de Asgard, el capitán vio a un ser azul con forma humana, y ahora descubro que también ha habido registros de magia cerca de la zona donde supuestamente "no estuviste". ¡No digas que no has estado allí porque todo está en tu contra! -empezó a gritar.

-Frigga puede confirmar que estuve con ella -respondió tranquilo.

-¡FRIGGA ES TU MADRE! Haría cualquier cosa para protegerte, ¡¿y tú se lo pagas así?! -un nudo se empezaba a formar en mi garganta- Te he defendido ante padre, te defendí cuando atacaste Nueva York, ¡Y TÚ SIGUES SIN CAMBIAR!

Un silencio tenso se produjo en la sala. Natasha agarró a Thor del brazo y le susurró al oído que fuese a despejarse y ellos se encargarían. El asgardiano salió enfurecido de la sala mientras que una mirada furiosa seguía su camino a la salida. Steve me apretó contra él y la mirada furiosa pasó por nosotros, asustándome.

-¿Por qué atacaste a la chica? -interrumpió Natasha, este le lanzó una mirada gélida.

-Por mucho que me pregunte... agente Romanoff... mi respuesta no cambiará.

-Déjate de juegos, Loki. Dinos la verdad y todo terminará pronto -le sugirió Steve, no me había mirado prácticamente en todo el interrogatorio.

-No veo en qué me beneficiaría tenerla, Rogers -espetó casi escupiendo el apellido de Steve. Su vista se posó en la mía y, por un segundo, pude ver en su mirada al Loki que conozco. Pero no duró mucho, se giró y se sentó en el banco que había en la celda sin darnos más importancia.

Steve apretó fuertemente los puños y miró a Furia. El director asintió y nos fuimos sin decir palabra de allí. Antes de cruzar la puerta me giré y vi a Loki mirándome con una sonrisa sincera. Steve me empujó ligeramente y el semblante de Loki se volvió serio.

* * * *

-No hablará -dijo por fin Tony desde su asiento en la mesa de reuniones-. Es un jugador, se divierte provocando a los demás para que enseñen sus cartas.

-Pero ¿y si dice la verdad? -dudó Barton.

-Una cosa segura de Loki es que nunca hace nada gratis -soltó Bruce-. Si dice la verdad, querrá algo a cambio.

Yo, que me había mantenido callada hasta entonces, me levanté de mi silla.

-Creo que necesito un descanso -cruzaba la puerta cuando una mano me detuvo.

-No te agobies, lo lograremos -dijo Steve cogiéndome la mano, la incomodidad volvió y yo asentí.

Sin duda necesitaba un baño. Preparé la toalla y fui a por ropa limpia cuando un ruido me asustó. Entrecerré los ojos para ver mejor debido a la poca luz que queda del día. Nadie. Suspiré, quizá eran solo imaginaciones mías.

-Podría acompañarte -di un respingo al notar a la voz muy cerca de mi oído.

-¿Loki? ¿Cómo demonios te has colado aquí? ¡Se van a dar cuenta!

-He dejado una copia y me he escapado -contestó obvio-. Hay que tener una buena seguridad ante todo -se burló.

-Pero, oh cielos... ¿Y si Natasha te ve? ¿Y si Steve te ve? -su mirada se endureció.

-Odio a Rogers. No soporto cómo te mira, cómo te toca -dijo con odio, inclinó la cabeza hacia la derecha y subió el tirante de mi camiseta-. Sólo yo puedo hacerlo -me dio un agradable escalofrío.

-¿Y si... -carraspeé- ...yo no quiero que lo hagas? -intenté provocarle, pero esto no era lo mío. La voz me salió demasiado débil porque estábamos muy cerca.

-¿Quieres? -sus ojos estaban oscuros y su voz demasiado ronca. Se pasó la lengua por sus labios y dejé mis ojos allí. Estaba jugando... y yo perdía. Iba a besarme, pero puse mis manos en su pecho, deteniéndolo.

-Pueden entrar y vernos -advertí. Me miró con una sonrisa traviesa y chasqueó sus dedos. Una luz verde cubrió un segundo las paredes y se desvaneció.

-Ya no -dijo acercándose, me entró curiosidad por preguntarle algo.

-Loki, ¿cómo hiciste lo del rayo antes? -se apartó un poco.

-Si te lo enseño, te asustarás -se negó.

-No lo haré, te lo prometo -le miré a los ojos que estaban más oscuros que de costumbre y creo que algo precavidos.

-Está bien... -aceptó a regañadientes.

Se quitó la parte superior del traje y mis mejillas se tiñeron. Cerró sus ojos e inspiró profundo. En cuestión de segundos se fue volviendo azul oscuro con runas y relieves en la piel. Entreabrió los ojos, ahora de un color rojo intenso. Estaba impresionada, esto era... increíble y raro.

Me acerqué lentamente con su vista encima mía. Empecé a tocar las líneas de su cara y cuello, estaba frío y contrastaba con mi temperatura. Se estremeció un poco a mi contacto y yo también.

-Tu mano se tendría que haber congelado, pero creo que el vínculo evita que nos hagamos daño mutuamente con nuestros poderes, y puede que los podamos compartir -decía sin quitarme la vista de encima, seguí las líneas hasta su pecho-. También... -soltó un suspiró profundo- ...también podemos sentir al otro en situaciones... peligrosas -su tono de voz había bajado, era casi un susurro.

Levanté la mirada hasta sus ojos, ahora puestos en mi boca, y él me besó con impaciencia. Sus labios estaban más fríos que de costumbre... como el hielo.

Volvió a su color normal y me pegó más a él. Lo que me provocaba en ese momento era algo impresionante, todo mi mundo se nubla cuando le beso, no soy capaz de pensar bien. Un cosquilleo recorre todo mi cuerpo y es como si... mis sentidos se agudizaran.

Sus dedos fríos subieron por mi espalda, pegándome a él todo lo posible, y sus labios bajaban a mi cuello. Se le escapó un gemido y eso aceleró mi pulso. Dioses, me estaba volviendo una completa desesperada... por él.

Entre mundos. La nueva era de los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora