69. Genio no tan genio

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Le di un beso corto en la boca que él alargó y me fui a buscar a Iron Man antes de pensármelo dos veces y arrepentirme.

Conociéndole, no hará ninguna de las dos cosas, pero no pierdo nada por probar. A veces puede llegar a ser irritante. Supongo que tendré que arreglármelas en las misiones a partir de ahora, porque Steve no me va a perdonar tan fácilmente. «Tonta, Aura. Se lo tuviste que decir al principio», reclamó mi conciencia. Solté un suspiro largo y pesado. Supongo que lo hecho, hecho está.

Un trueno retumbó por el pasillo e hizo que los fluorescentes titilaran. «No advirtieron que iba a haber tormenta hoy», me extrañé. Me di cuenta de que no conocía esta zona del helicarrier, lo cual solo sirvió para alarmarme. La corriente de aire movió una de las puertas, de forma que chirrió y me fijé en ella. Me acerqué para cerrarla, pero había algo extraño ahí dentro...

La luz de la pantalla de un viejo ordenador alumbraba la sala, haciendo las sombras aún más oscuras. ¿Qué hacía allí ese ordenador viejo y encendido? Me arrimé de forma curiosa y divisé un bulto en el dispositivo. El pendrive que habíamos rescatado del Upper East Side.

Intentando evitar hacer ruido, entorné la puerta y levanté la silla. Quería saber qué demonios hacía ahí eso. Y más importante aún, qué era lo que contenía. «Mi amiga murió por lo que sea que haya aquí, sólo es curiosidad, no pasará nada», me repetía para justificar mis acciones.

La sala era siniestra y eso me daba muy mala espina. Pulsé el ratón y la pantalla se activó. Un montón de archivos cargaron a la vez, haciendo salir muchas ventanas. Una quedó por encima de las demás. Me fijé en una palabra: Asgard.

Esto hizo saltar una alarma en mi cabeza. ¿Qué pintaba Asgard en todo esto? Miré la puerta, comprobando que no había nadie. Mis manos temblaban. Pulsé en la ventana y se abrió.

Había mucha información sobre el Bifrost, las transportaciones de Thor a la Tierra, el teseracto y más cosas que pasaron cuando ocurrió la invasión chitauri. Pero más abajo me encontré con modificaciones recientes.

Bajé el cursor, le eché un vistazo y lo que averigüé me pilló de sorpresa.

-Santos dioses... -susurré en español.

Eran los datos de las apariciones.

Se oyó un ruido en el pasillo. Me giré instintivamente hacia la puerta y vi cómo unas sombras se aproximaban. Pulsé la ventana y le di a "cerrar", las pisadas se acercaban cada vez más. Quité el pendrive y busqué un lugar donde esconderme. Me camuflé entre las sombras de una esquina, evitando hacer ruido, justo cuando la puerta se abrió.

Dos hombres de SHIELD iban a pasar de largo, pero uno se paró.

-Vamos, el jefe se enfadará si llegamos tarde -le dijo el que estaba fuera.

-Sí, un segundo -respondió. Entró en la sala y apagó el ordenador antes de seguir andando.

Respiré aliviada y me dejé resbalar por la pared en la que estaba apoyada, aún con el corazón latiendo a mil por hora. Con el pendrive en la mano, salí deprisa por uno de los pasillos.

* * * *

Tony se encontraba dando vueltas en la silla de cuero negra cuando yo llamé a su despacho. Mejor dicho, entré de golpe.

-¿Ya has vuelto de hablar con el capi? ¿Y bien, qué tal? -preguntó, parando de dar vueltas.

-No muy bien, necesito tu ayuda -respondí cerrando la puerta y yendo hacia él.

-Si quieres consejo amoroso, has venido al lugar indicado. Hazle una cena a la antigua -dijo prepotente.

-No, no es con eso -saqué el pendrive y se lo mostré-. Explícame de qué va esto.

Miró excéntrico el pendrive y lo introdujo en el portátil, entrando en la misma ventana que yo. Según leía, su cara se volvía algo más seria.

-¿Dónde lo has encontrado?

-En una sala vacía. ¿Cuándo pensabas contármelo? -me indigné.

-Nunca -contestó como si nada, le lancé una mirada mortífera-. ¡Sólo bromeaba! Además, no es nada importante.

-¡¿Perdón?! -la voz me salió una octava más alta.

-Perdonada -bromeó.

-Stark... -advertí con los ojos entornados- Llevo buscando esto desde hace días, Loki se ha desesperado. ¡Si hasta hemos tenido que viajar a otros mundos para encontrar algo que tenga que ver con el rastro de magia! ¿Y ahora resulta que lo tenías tú? ¡Yo te mato! -me enfadé- ¿He tenido que soportar a un loco en Alfheim para que vengas tú y me digas que tenías la procedencia de la magia desde el principio?

-Tranquila, guapa -movió sus manos en señal de tiempo muerto-. Tu amiga y yo coincidimos en no contarte nada. Además, no sé exactamente de dónde viene -dijo con tranquilidad y burla-. ¿Y qué es eso de Al... como sea?

-Es una laaaarga historia -alargué la "A"-, vamos con lo importante -señalé a la pantalla-. ¿Cómo lo habéis averiguado?

-Tengo mis trucos -se dio importancia sacándose brillo a las uñas en la camiseta-. He aislado la energía térmica para saber su localización y...

-Mejor déjalo, me darás dolor de cabeza -le corté frotándome la sien con los dedos.

-¿Ves esto de aquí? -señaló una masa de color verde que se movía en la pantalla- Es la magia de cuernitos. ¿Ahora ves esto? -señaló la masa de al lado- Se parece a la energía que desprende tu amiguito, pero tiene diferencias, es menos potente. En cambio sé que no procede de Asgard, la energía de Mister Músculos y su hermano es similar en ciertas cosas. Pero eso sí, suele aparecer cerca tuyo. Cuando estuvimos en el Bronx apareció, y también en Halloween. Y esta mañana en los almacenes -me explicó-. Puede que "tu diva" lo identifique. Aquí está la localización -señaló.

-Stark, eres un genio -sonreí y le di un sonoro beso en la mejilla.

-Ya, ya... ¿Sigues prefiriendo al papá de Bambi antes que a mí? -sonrió arrogante.

-Y ahí se va el genio... -me burlé de él- Tengo que contárselo a Loki -dije entusiasmada antes de salir prácticamente corriendo.

Entre mundos. La nueva era de los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora