47. Te quiero

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Estaba impresionada, todo lo que había a mi alrededor parecía sacado de un maravilloso cuento de hadas.

Era una zona verde intensa. Había flores de colores vivos, los árboles eran altos con las hojas verdes y dejaban pasar la ligera luz de sol que había. Se escuchaban sonidos de pájaros procedentes de las copas, pero eran sonidos afinados y relajantes que se mezclaban con el olor fresco del aire.

Lo más bonito era el conjunto de pequeñas cascadas de agua que caían por unas rocas planas y terminaban en un estanque claro como el cristal. El sonido de la caída del agua a la laguna indicaba que tenía más profundidad de la que parecía.
Todo era tan calmado y pacífico...

Una pequeña cabaña de madera pasaba inadvertida entre la vegetación. Sus paredes exteriores estaban algo desgastadas y las plantas trepaban sin problema por la gastada madera, llevaba mucho tiempo sin usarse.

Loki se acercó despacio a mí.

-¿Qué te parece? -me dijo con una voz tan suave que casi era de terciopelo.

-Esto es... -le miré- ¿Has hecho tú esto? -él asintió sin dejar de mirarme- Es... es precioso, Loki... Es perfecto -una sonrisa adornó sus labios.

-Esperaba que te gustase. Sígueme -dijo tomándome la mano.

Me condujo hasta la cabaña y entramos dentro. Era, como sospechaba, bastante antigua. Las paredes de madera estaban algo ennegrecidas por la humedad y el suelo era de madera oscura, casi negra.

La decoración era cosa de mi acompañante. La puerta tenía una cortina de tela blanca y fina, al igual que todas las ventanas. Eran apenas unos quince metros cuadrados. Había una cama en pleno centro con un dosel color agua de una tela muy fina y una gran almohada que parecía cómoda junto con unas sábanas blancas.

Una botella y unas copas estaban al lado. Me giré a Loki, apoyado en el marco de la puerta.

-¿Qué es? -pregunté señalando a la botella.

-Una bebida de Asgard. Pruébala -cogió la botella y las copas y me llevó a la orilla de las cascadas. La luz se empezaba a ir.

Me sirvió un poco y bebí. Sabía bien.

-¿Intenta seducirme, señor Odinson?

-Creía que eso ya lo había hecho -dijo sonriendo-. Y en realidad... es Laufeyson -le miré sin comprender-. Odín y Frigga... no son mis padres biológicos, Odín me recogió en Jotünheim. Mi verdadero padre es Laufey, rey de los gigantes de hielo -confesó mirando a la nada y serio.

Ahora todo encajaba. El porqué siempre llamaba a Thor por su nombre y era tan... distante... con Odín.

-Lo siento -le abracé.

-No lo sientas, no tienes la culpa. La única a quien considero como mi madre es a Frigga. Mi padre biológico está muerto... Era un monstruo, está mejor así -dijo separándose.

-Aún así era tu padre -sus ojos miraban a la nada otra vez-. Tú no eres un monstruo -acerté y volvió a mirarme con un brillo... especial.

Seguimos hablando sobre cualquier cosa. Me había confesado que Heimdall y él habían hecho un trato para que no pudiesen vernos esta noche. Todo iba genial... hasta que salió el tema de SHIELD.

-No me agrada que trabajes con Furia.

-No pasará nada. Tengo a Cara, a Tony, a Steve...

-Tampoco me fío de él -me cortó serio.

-Es un amigo, no pasa nada.

-Si se le ocurre hacerte algo, yo mismo lo mataré -dijo con dureza.

-No entiendo por qué te pones así.

-Sólo protejo lo que es mío -dijo mirándome. No sabía cómo tomarme aquello. Por un lado era infantil y tonto de su parte. Pero por otra, demostraba que me quería... que le importaba.

Nos quedamos unos segundos mirándonos y me besó. Yo rodeé su cuello con mis manos y él mi cintura. Se levantó, me cogió en brazos y me llevó a la cabaña. Entramos y me dejó apoyar los pies en el suelo, lo cual sólo sirvió para seguir besándonos. Cerró la puerta y las ventanas, únicamente entraba la luz de la luna por las finas telas y lo bañaba todo de plata. Su mano recorrió mi espalda de arriba a abajo y vuelta, yo aún llevaba el vestido.

-¿Cómo has hecho... lo de la bola verde y los paisajes? -le pregunté con la respiración agitada.

-La "bola" es un transportador. Te ha llevado a uno de los mundos y te ha guiado por ellos. Me dijiste que querías ver cosas similares a Asgard y elaboré un plan.

-Gracias... -dije bajo contra su boca para volverlo a besar.

Empecé a juguetear con el traje y él con mi vestido. Su parte superior se desabrochó y él aprovechó para quitársela. Todo su cuerpo parecía una escultura, tan definido...

Pasé mi mano por su abdomen bien formado hasta su pecho y su piel se erizó. Él no se quedó atrás y me bajó los tirantes del vestido, resbalando junto a mis zapatos y desapareciendo con un brillo. Me puse roja de la vergüenza y besó profundamente mi hombro y mi clavícula. Me cargó y me colocó con cuidado sobre la cama, como si fuese a romperme.

-Loki... -me miró- Yo... T-tengo miedo -confesé temblorosa-. Nunca he...

-No te preocupes, estoy aquí -pasó su mano por el nacimiento de mi pelo-. No es necesario que sea ahora si no quieres.

Claro que tenía miedo. Miedo al dolor... a no hacerlo bien... a no ser suficiente... Pero todo se pasó al ver sus ojos. Tenía miedo, pero sabía que estaba preparada... siempre que estuviera con él.

Le besé en respuesta y él acarició y besó todo mi cuerpo, haciéndome temblar. Mi piel se erizaba y yo sólo podía suspirar y aferrarme a él.

Se deshizo de nuestras prendas restantes y entró despacio. Algo se rompió. Dolía, pero a la vez era lo más agradable que he sentido jamás. Loki intentaba callar mis gemidos entre besos.

Fue quizá el mejor momento que había vivido hasta entonces. Ambos nos entregamos. No pensábamos, no seguíamos planes ni órdenes... sólo nuestros corazones. Juntos.

-Te... quiero... -confesé agotada al acabar y tumbarme en su pecho. Me acarició el brazo que estaba sobre su abdomen.

-Te quiero -una cálida sensación invadió mi pecho antes de dormirme.

Entre mundos. La nueva era de los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora