Todo se sumió en un tenebroso silencio. Muchos campistas me miraban asustados, no sé si de mis palabras o de que hubiera sido insolente con el dios de los cielos.
-Salid todos ahora mismo -ordenó Zeus. Todos salieron, incluido mi hermano y Dionisio, ambos a regañadientes, pero por distintos motivos.
Una vez vaciado el comedor, me miró impasible. Sus ojos parecían echar chispas.
-Eres muy perspicaz, Aura Wall -dijo con los ojos azul eléctrico fijos en mí.
-Entonces es cierto...
-No quería que pasara así... -fue interrumpido por una luz y un terremoto en la sala.
Un furioso Poseidón apareció con su tridente refulgiendo y envuelto en una neblina verdosa. Nunca, jamás, había sabido de mi padre enfadado. Pero descubrí en ese momento que la furia del mar era realmente aterradora.
-¡¡CÓMO TE ATREVES A TOCAR A MI HIJA!! -gritó colérico. Mi padre daba miedo si se lo proponía, supongo que en eso tengo su carácter. Zeus miraba algo asustado a su hermano, quien tenía un aura verde mar rodeándolo.
La tierra tembló ligeramente mientras los objetos y cuadros colgados de las paredes se movían.
-Déjame explicártelo...
-¡¡NO HAY NADA QUE EXPLICAR!! ¡¡HICISTE QUE MI HIJA ENVEJECIERA!!
-¡No era mi intención! Sólo quería mantenerla dormida unos años para que no se cumpliera su destino -podría jurar que el todopoderoso Zeus temblaba de miedo ante mi padre-, pero algo salió mal.
-¡¿QUIÉN TE AYUDÓ?! -otra luz llenó la sala y de ella salieron dos personas más, un hombre y una mujer.
-Nosotros, pero tiene razón -le dijo la mujer a mi padre.
-Hermano, déjame explicarme -le casi ordenó Zeus. Mi padre decidió mantenerse callado y dejó hablar a los dioses.
Traté de mantenerme a un lado, callada.
-Soy Hécate, la diosa de la magia, y él es Hypnos, dios del sueño -me aclaró la mujer-. Zeus vino a pedirme una receta para que tu hija no envejeciera pero conservase sus años de vida -le dio un codazo a su acompañante, que estaba con los ojos cerrados.
-¿Eh? ¡Ah! Sí... Él vino a... pedirme algo para la poción y... que se durmiera en esos años... -se volvió a dormir. No sé siquiera cómo este dios tiene hijos, si para ello debes estar más que despierto.
-¡Así que admites haber dormido a mi hija!
-Papá -me pronuncié-, por favor, no pasa nada. Además, de no ser por él estaría muerta... o algo peor -mi padre me miró y algo más calmado, asintió.
-Pero mi poción te ha hecho el efecto contrario -interrumpió la diosa Hécate-. Podrás vivir los años adelantados de edad física, pero te mantendrás así.
-De acuerdo -dije frotándome la cabeza.
Los dioses se mantuvieron un instante en silencio antes de desaparecer, dejándome a solas con mi padre. Pero Zeus y él tuvieron un claro mensaje entre ellos: hablaremos de esto.
-Siento mucho esto, Aura -se disculpó.
-No es tu culpa -murnuré-. ¿Sabes? Debería ir a ver a Thanatos, estará preocupado.
-Te estaré vigilando -sonó más a una amenaza que a una información. Estaba muy furioso, de verdad. Desapareció dejando un agradable olor a mar.
Todos volvieron a entrar y, tras asegurar que no pasaba nada, volvieron a comer, murmurando entre ellos.
* * * *
-Entonces, ¿podrás vivir los años que te han adelantado? -me preguntó por décima vez mi hermano.
-Sí -afirmé pesadamente.
-Ten cuidado ahí abajo -me revolvió el pelo antes de irse y yo hice una mueca, odiaba que hiciera eso. Aproveché que estaba sola en la cabaña y me preparé para bajar al Inframundo.
¿Puedo ir? ¿Puedo ir? ¿Puedo ir? -preguntó impaciente Yeró.
«¡Vale!»
¡¡Hurra!!
«Supongo que funcionará... Hades, ayúdame a que funcione...», recé mentalmente.
Sujeté a Yeró y pulsé el árbol de mi pulsera, desapareciendo en las sombras.
Aparecimos justo en la entrada del castillo de Thanatos. Las dos intactas y enteras. Llamé a las puertas y no abrieron, así que decidí entrar sola.
«Vete a explorar un rato, anda. Pero no te pierdas» -le dije.
¡Sí! -me respondió alegre. Yeró se perdió entre los muros y yo me puse en busca del dios al que quería ver.
Me llamó la atención una puerta color acero. Curiosa, la empujé. Entré en la estancia y era un amplio dormitorio. Había sillones que parecían muy cómodos a mi derecha y una chimenea en la pared. A la izquierda estaba un gran armario oscuro, y junto a los sillones había una puerta entreabierta que daba al baño, absolutamente lujoso.
La estancia la ocupaba una gran cama en medio color gris claro que contrastaba con el mobiliario oscuro, y un dosel muy fino del mismo color sujeto en las esquinas. Era preciosa. Sin pensármelo, me senté en la cama. Era tan cómoda que me tumbé. Cerré los ojos, quedándome traspuesta.
Tenía los ojos cerrados cuando noté que alguien se había sentado en la cama. Abrí los ojos y me senté rápido en el colchón, mirando a quien estaba en frente. Sonreí ampliamente.
-¿Cuándo has despertado? -me preguntó con voz calmada.
-Hace poco -respondí sonriente.
Thanatos no había cambiado nada. Seguía igual de impecable. Un rincón de mi mente entristeció al pensar que para mí apenas habían sido unos momentos o una eternidad, pero el mundo había seguido su curso. Traté de sepultar esos pensamientos.
-¿Cómo es que has despertado? -su voz era clara y profunda, igual que el eco de una cueva.
-¿No te alegras de verme? -me llevé la mano al pecho dramáticamente.
-Sabes a lo que me refiero -se rió levemente entre dientes.
-Zeus -solté como respuesta-. Cuando me dio ese brebaje le echó algo mágico... no sé... Eso hizo que envejeciera -comenté.
-No sabía que podía ser tan...
-¿Extremista? -completé y ambos no echamos a reír, él más discretamente que yo.
-Vamos, tus hermanos están preocupados. Les alegrará saber que estás aquí -sugirió mientras nos levantábamos de la cama.
En el umbral de la puerta, le frené.
-¿Tienes néctar y ambrosía de sobra? -me miró sin entender- Los necesitaré para repararme de los abrazos que me den -volví a reí, ya caminando hacia la salida.
Observé de reojo una pequeña sonrisa suya.
* * * *
En los Elíseos, un grupo de jóvenes estaban bromeando tirados en los pastos.
-¡Eh, chicos! ¿Me echabais de menos? -grité con una sonrisa, haciendo que los tres se girasen. El más alto de los tres, Teseo, se levantó y vino corriendo a darme un abrazo al que pronto se sumaron todos.
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Entre mundos. La nueva era de los dioses
FanficLa Tierra ha tenido muchas civilizaciones distintas a lo largo de su historia. Todo debe llevar un perfecto orden para que estemos a salvo. Para ello se pactaron las Leyes Antiguas, un tratado que impiden el contacto entre distintos Panteones. Pero...