16. Aquí no se crece

1.2K 94 0
                                    

Llegué al comedor algo inquieta y fui a pedir mi desayuno. Quemé una pequeña porción de mi tostada para los dioses y fui a mi mesa, temiendo por las palabras que diría mi hermano nada más llegar.

Percy se sentó al lado.

-¡Hey! ¿Con hambre? Ayer te saltaste la cena -dijo sonriendo y... feliz.

Qué raro... ¿No había gritos? Jackson sólo engullía su comida en silencio, a veces sonriéndome. Eché una mirada rápida a mi alrededor y descubrí a Annabeth guiñándome un ojo desde su mesa. Me costó un instante entenderlo.

Al acabar de comer me iba a mi cabaña, pero me desvié al encontrar a una gran masa de personas en la arena. Estaban rodeando y hablando sobre algo.

-Esto es muy raro... ¿Qué hacen aquí? -susurraba una campista de Apolo.

-Debe ser obra de Hades... -dijo otro.

-¡Qué guapos son todos! -suspiró una de Afrodita.

-Miranda, ¿qué pasa? -pregunté llena de curiosidad e inclinando mi cabeza.

-Aura, mira -la hija menor de Deméter señaló al centro de la multitud, donde había un grupo de chicos de unos veinte años. Mis ojos se expandieron y dos de ellos me señalaron.

-¡Oh no! -di unos pasos atrás que no sirvieron para nada.

Teseo y Orión vinieron corriendo a mi lugar y me cogieron como una saco de patatas, dándome vueltas mientras yo me reía feliz... y avergonzada también. No me lo creía ¡Estaban aquí! Me sentía a punto de explotar de euforia, podría caerme un cubo de agua fría encima y seguiría sintiéndome feliz.

-¡Teseooo! ¡Bájameee! -me reía, me dejó en tierra y abracé a mis hermanos por los hombros- ¿Qué hacéis aquí? -pregunté sorprendida.

-Hades y Thanatos nos dijeron que te gustaría -me dijo Perseo.

-¡Ven aquí, enana!

-¡No, no, no! -dije moviendo los dedos. Teseo y Orión se me tiraron encima y acabé aplastada en un abrazo. Mi primo Perseo se sumó y me aplastó más mientras Aquiles y Hefestión miraban de pie y sonreían.

-¡Basta... por favor...! ¡Me aplastáis! -dije entre lágrimas de la risa, me hacían cosquillas. Les miré con una enorme sonrisa de oreja a oreja antes de levantarnos del suelo, ni me había acordado de la gente de alrededor que ahora nos miraba como si estuviéramos locos.

Quirón vino corriendo con Percy, Annie, Piper, Jason y demás. El centauro abrió la boca y entornó los ojos.

-¡Héroes! -soltó.

-¡Quirón! Te he echado de menos, viejo caballo -Aquiles le dio dos palmadas amistosas.

-¿Qué...? ¿Cómo...? -balbuceó mi hermano.

-Cierra la boca, Percy, o te quedarás así -me burlé-. Ellos son Teseo y Orión, nuestros hermanos -les saqué la lengua a ambos-. Él es Perseo, hijo de Zeus -le sonreí-. Aquel es Aquiles -le guiñé un ojo, divertida-. Y Hefestión -le sonreí.

-¿Cómo pueden tocarte? Los fantasmas no pueden hacerlo -preguntó Nico sin nada de tacto. Negué.

-Cosa de Hades -Orión se encogió de hombros.

* * * *

Tras las presentaciones breves les llevé a conocer sus cabañas. Perseo conoció a Jason y Thalia, que estaba de visita. Se emocionaron mucho y les dejé hablando de Roma, las cazadoras y sus vidas en la cabaña 1. Aquiles se quedó en Casa Grande y charló con Quirón sobre su vida en los Elíseos.

Hefestión, Teseo, Orión y yo nos fuimos a la cabaña 3, allí Percy y Tyson, que había vuelto hace poco, nos recibieron. Percy y Teseo hablaron sobre el Laberinto, Orión y Percy también hablaron sobre papá, y Tyson y Teseo se llevaron muy bien. Yo le presenté a Hefestión a Yeró.

Mis hermanos la conocieron después y nosotros dos nos fuimos a dar una vuelta hasta acabar en los establos, viendo a los pegasos. Creo que le gustaron. Se hizo amigo de un pegaso marrón con ojos azules llamado Ice, un amigo de Blackjack, el caballo de mi hermano. Pasamos toda la tarde riendo y charlando con las bromas de Teseo y Percy.

La caracola sonó y nos fuimos a cenar. No había una mesa para los héroes, pero Perseo se sentó con Jason y Thalia. Aquiles junto a Dionisio, que lo respetaba, cosa rara, y Quirón. Y Percy y yo con Teseo, Orión y Hefestión, que pregunté si podía estar con nosotros, a lo que accedieron.

* * * *

Bien entrada la noche, cada uno se acostó en su respectiva cabaña, salvo Hefestión y Aquiles, que durmieron en Casa Grande. "Alguien" hizo aparecer una litera de la nada en nuestra cabaña.

No podía dormir, por lo que me fui con Yeró, que tampoco podía, a dar una vuelta por el lago.

«¿Qué te parecen los héroes?» -pregunté.

Son buenos y simpáticos. Se parecen a tí -sonreí, para mí eso fue un gran cumplido.

Se oyó un crujido y mi amiga gruñó. Al momento, una sombra que ya conocía se presentó frente a nosotras.

-Traquila, es un amigo -le advertí mientras me acercaba-. Hola.

-Buenas noches. ¿Qué tal con tus familiares?

-Son los mejores, agradécele el detalle a Hades de mi parte.

-¿Quién es esta? -preguntó refiriéndose a mi loba.

-¡Oh! Es Yeró. Me la presentó Lady Artemisa. Es una amiga y protectora increíble -la halagué.

No es para tanto -dijo modesta.

-Si ella lo dice, sí lo es -respondió él.

-¿Nos... oyes hablar? -fruncí el cejo, desconcertada.

-Sigo siendo un dios, Aura.

Estuvimos un rato hablando los tres hasta que Thanatos se fue. Volviendo a la cabaña, sentí un escalofrío.

¿Qué pasa?

«Nada... no es nada. Vamos a dormir, ya tengo sueño» -le dije moviéndonos.

* * * *

EN ALGUNA PARTE DEL INFRAMUNDO

-¿Dónde está? -preguntó una voz, impaciente.

-En el campamento, mi señora -contestó una mujer arrodillada en el oscuro suelo.

-Debes ocuparte de que no interrumpa mis planes, Eris. Encárgate de ella. Mátala, si es necesario. Él no la puede tener protegida siempre.

-Pero... mi señora, está prohibido, no puedo entrar en su terreno sin un p...

-¡NO ME REPLIQUES, NIÑA INSOLENTE! -le gritó enojada- ¡HAZLO, O ESTA MANSIÓN SERÁ UN PARAÍSO COMPARADO CON DONDE TE MANDE!

-Sí, ma...

-¡TE HE DICHO QUE NO ME LLAMES ASÍ! -la cortó.

-Sí... mi señora...

EN ALGÚN LUGAR DE LA DUAT

Un joven de dieciséis años aparentemente daba vueltas por las sombras, maquinando un plan para atraer a la chica a su territorio.

Entre mundos. La nueva era de los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora